Quedan inaugurados los cursos de verano de la ACdP en Covadonga y Málaga
15 de julio de 2025
En un entorno cargado de simbolismo histórico y espiritual, se inauguró este lunes la decimotercera edición del Curso de Verano de la Asociación Católica de Propagandistas, en la basílica de Covadonga. El evento reunió a autoridades eclesiásticas, académicos y miembros de la asociación bajo el lema de la esperanza, enmarcado en el Año Jubilar. Jesús Hallado, secretario del Centro de Asturias de la ACdP, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, recordando la especial relevancia espiritual del lugar en el contexto del jubileo ordinario de 2025. “Estamos en un templo jubilar, una feliz ocasión para ganar indulgencias y renovar el ánimo como peregrinos de la esperanza”, afirmó Hallado, destacando que los participantes pueden obtener hasta tres indulgencias plenarias durante el curso.
La programación de esta edición, según explicó, está centrada en una mirada reflexiva hacia la Edad Media y los retos del presente, con ponentes de reconocido prestigio que buscarán tender un puente entre la historia cristiana de Europa y los desafíos contemporáneos para los creyentes.




El presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, reforzó esa perspectiva histórica al subrayar el valor de la Edad Media como “mil años áureos” para la cristiandad, resaltando que fue entonces cuando se fundaron universidades y hospitales bajo el amparo de la Iglesia. Asimismo, recordó con emoción los vínculos históricos de Covadonga con la ACdP y otras organizaciones católicas como la CEDA, evocando momentos clave como la imposición de medallas en 1925 a miembros que hoy se encuentran en proceso de beatificación. “Covadonga es un lugar de inicio, como lo fue para la Reconquista. Es también un símbolo de esperanza y acción. Aquí, no solo reflexionamos: nos proponemos hacer cosas, y las haremos”, afirmó con convicción.
El acto concluyó con la intervención del arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, quien ofreció una profunda reflexión teológica y filosófica sobre el tiempo y la esperanza. Citando al teólogo San Buenaventura y al escritor T. S. Eliot, advirtió sobre el riesgo de vivir sin sentido, atrapados en la nostalgia o el escepticismo. “La verdadera alegría es el nombre de la esperanza cristiana”, proclamó, invitando a los presentes a recordar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y mirar al futuro con confianza. La jornada inaugural dejó claro que el curso de verano no es solo un espacio académico, sino un tiempo de renovación espiritual y compromiso cristiano ante los retos de un mundo cambiante. En palabras del arzobispo, “de esto somos jubilosos testigos”.

Libertad de educación y prensa, en Málaga
Mientras tanto, en Málaga, el curso de verano, bajo el tema de la libertad de educación y prensa, comenzó con la intervención institucional de la concejala de Educación del Ayuntamiento de Málaga, quien transmitió el saludo del alcalde Francisco de la Torre y puso en valor el compromiso de la ciudad con la libertad educativa y la formación integral. En su discurso, destacó que el curso se erige no solo como un foro académico, sino como un espacio de “encuentro humano”, donde pensar juntos sobre cuestiones esenciales como la libertad de prensa y de enseñanza se vuelve una urgencia moral y democrática. “Sin libertad para informar y sin libertad para educar, la sociedad pierde su esencia”, advirtió, subrayando la responsabilidad compartida de proteger estos pilares frente a los intentos de manipulación ideológica. Asimismo, hizo un emotivo homenaje al cardenal Ángel Herrera Oria, cuya figura inspira este curso, recordando su defensa incansable de las libertades fundamentales y su legado educativo y social: “Reivindicar su figura desde Málaga y para toda España es también un ejercicio de libertad”.

En la primera conferencia del curso, Elio Gallego, director del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala y experto en pensamiento político cristiano, ofreció una profunda lectura sobre la figura del siervo de Dios Ángel Herrera Oria, resaltando su compromiso con la libertad desde una raíz evangélica. Gallego explicó que la defensa que Herrera hizo de la libertad de prensa y de educación no puede entenderse sin su encuentro personal con Cristo, experiencia que marcó toda su labor cultural, pastoral y educativa. “La pasión por Cristo lo llevó a aplicar el Evangelio en todos los ámbitos sociales, especialmente en la promoción de la dignidad humana a través de la educación”, señaló. Asimismo, recordó la impresionante obra de las misioneras rurales impulsadas por Herrera, mujeres entregadas totalmente a la formación integral de los más desfavorecidos en el entorno rural malagueño. El conferenciante también contextualizó el pensamiento de Herrera en el marco histórico de la Europa de entreguerras y la posguerra, subrayando su firme rechazo al totalitarismo y su defensa de una libertad integral frente a la estatificación de la prensa y de la enseñanza: “Cuando el Estado se hace con todo, absorbe la vida social y sofoca la libertad”, advirtió.




