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• La vicesecretaria de la ACdP, expresidenta del PP vasco e impulsora de NEOS reflexiona en Valladolid sobre la libertad junto con el director adjunto de El Debate, Luis Ventoso.

• Por Daniel Martín, en El Debate.
  

La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo CEU han celebrado en Valladolid a lo largo de esta semana las VII Jornadas Católicos y Vida Pública, que, bajo el lema «La libertad de los hijos de Dios», han finalizado este miércoles. Tras la sesión del lunes, titulada ‘La libertad como don’, y la del martes, ‘Libertad en la adversidad’, la tercera y última ha sido ‘La libertad en la España actual’. El acto lo han protagonizado María San Gil, expresidenta del PP vasco, vicesecretaria general de la ACdP e impulsora de NEOS, y Luis Ventoso, director adjunto de El Debate, quienes han fomentado la reflexión entre los asistentes, que han abarrotado el salón de actos del Centro Diocesano de Espiritualidad, en la céntrica calle Santuario.

San Gil, «una valiente», como la ha definido Ventoso, ha recordado cómo en el País Vasco vivían «en una sociedad aparentemente democrática» pero en la que, «si ibas en contra de lo establecido por los poderes hegemónicos, pues te mataban», en alusión a los años de terror de ETA. Así, ha indicado que durante los años de gobierno del PNV «nos decían cómo vivir y cómo pensar» y «todos aquellos que teníamos la valentía de oponernos a lo que el nacionalismo dictaba desde las instituciones y desde las pistolas éramos susceptibles de ser asesinados».

San Gil, un referente en la lucha política contra el terrorismo etarra, ha recordado cómo entonces «debatíamos y decíamos que esto solo pasa aquí, que en el resto de España se respira libertad», pero ha alertado de que «ahora todo aquello lo hemos extrapolado al resto de España». Un país del que, ha lamentado, ahora vive instalado «en el régimen de la mentira» de la mano del Gobierno de Pedro Sánchez, que «quiere convertirnos en una sociedad aborregada».

La antigua dirigente política ha confesado, asimismo, que «cuando uno intenta ser libre en una sociedad donde no te lo permiten, esto da mucho subidón». «Cuando uno se rebela contra los poderes establecidos, cuando defiende lo que merece la pena, eso da mucho sentido a nuestra vida», ha agregado, antes de lamentar un hecho personal que ha ejemplificado sus aseveraciones: «Yo hasta 2018 viví con escolta. Hasta que no fui a trabajar a Madrid no descubrí lo que es la libertad física; la interior la he tenido siempre».

San Gil ha recordado la frase de Jesús «la verdad os hará libres», contenida en el Evangelio de Juan, que ha sido referenciada en varias de las ponencias de las jornadas, y ha afirmado que «los católicos en la vida no estamos para hacer lo fácil, sino lo correcto, que a veces es lo más difícil». «Pero –ha apostillado–, haciendo eso, la vida adquiere el sentido que debe tener». En este sentido, ha puesto el ejemplo de matar, que «está mal, ya sea en el vientre materno o de un tiro en la nunca». «Esto es parte de la batalla de la libertad que tenemos que dar día a día».

Analizando la situación actual de nuestro país, la también licenciada en Filología Bíblica Trilingüe por la Universidad Pontificia de Salamanca ha advertido que «estamos viviendo una involución democrática y la noticia de mañana tapa a la de hoy». Así, ha instado a que haya un entendimiento entre los partidos de derechas para propiciar un cambio de Gobierno una vez Sánchez llame a los españoles a votar. «Me gustaría ver que –el presidente del PP, Alberto Núñez– Feijóo y –el líder de Vox, Santiago– Abascal se ponen de acuerdo en las cosas que los unen». «Quiero que deroguen todas las leyes de Sánchez y –el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez– Zapatero», ha apuntado, antes de zanjar que ambos deben planificar «qué puede pasar en esa jornada electoral», en alusión a un posible pucherazo.

La soledad de Occidente respecto a la libertad

Por su parte, Ventoso, a quien San Gil, ha admitido lee «todos los días» por la mañana en este diario, ha puesto varios ejemplos históricos, como las Cortes de León de 1188 o el papel de la Escuela de Salamanca, para sostener que la conquista de «las libertades y los derechos políticos ha sido una tarea secular que se ha ido sedimentando durante mucho tiempo». El periodista gallego ha recordado que «los españoles en el Renacimiento y en el Barroco hemos sido el pueblo más litigante del mundo». «El sistema funcionaba y cualquier persona, incluso del vulgo, tenía la confianza de que podía ganar en los tribunales», ha explicado para después defender que «la democracia parlamentaria es imperfecta, pero no se encuentra nada mejor».

Así, ha argumentado de que «hemos dado por descontado que siempre va a haber libertad, derechos y democracia», pero nada más lejos de la realidad. En esta línea, ha avisado de que en Occidente «nos estamos quedando un poco solos» respecto a la libertad. De esta manera, ha especificado que en nuestra cultura «nuestra libertad, fundamentalmente, viene de Dios». «La religión católica es la fe de la libertad», ha incidido, apuntando a que esto ya lo «expuso muy bien» el escritor y filósofo británico G. K. Chesterton –quien se convirtió al catolicismo–.

En contraposición, ha repasado cómo «el mundo islámico resulta impermeable a nuestro modelo de derechos y libertades, porque considera que Alá ha dictado directamente el libro», por lo que «no cabe debate intelectual»; «China no está en las coordenadas que ha forjado occidente», al haber vivido siempre en autocracias; «Rusia, aunque cristiana, afortunadamente, no comparte nuestro sistema y ha pasado de los zares al régimen soviético y ahora a la dictadura de –Vladimir– Putin»; «India, en teoría una democracia, ya no lo es tanto con –Narendra– Modi»; y «África, que es el futuro, todavía está renqueando y no acaba de arrancar».

Aun así, en Occidente, ha reseñado, «estamos cediendo enormes parcelas de libertad al rodillo del Estado»; algo que, ha apostillado, «en España es manifiesto», con un Gobierno que «nos dice cómo tenemos que ser felices y vivir nuestra vida privada». «Quieren que seamos esclavos en nombre de una supuesta libertad general del pueblo», ha añadido. Asimismo, Ventoso ha puesto varios ejemplos de esta deriva occidental, en general, y española, en particular, como los «gigantes tecnológicos que conocen al dedillo nuestra intimidad y luego se lucran de ella» y, además, «a veces sin pagar los impuestos que deberían». También ha criticado la imposición de «una lectura de la historia única y obligatoria», en alusión a las leyes de memoria.

Un «panorama bastante negro», pero para el que hay una salida: «Hay que volver la mirada a Dios y a lo trascendente, porque de Dios emana la dignidad, nuestra alma inmortal, todo lo que verdaderamente importa». «Si no hay Dios, no se pueden establecer unos códigos morales», ha zanjado antes de pasar al turno de intervenciones de los asistentes y de la clausura oficial de las jornadas, que ha corrido a cargo del vicario general de Valladolid, Jesús Fernández Lubiano, del secretario del Centro de Valladolid de la ACdP, Gonzalo Fernández Escribano, y de Marifé de Paz Vega, directora de las Jornadas Católicos y Vida Pública. Tras sus intervenciones se ha celebrado una misa en la capilla.