Jerez inaugura el curso con la conferencia ‘Periodismo recalcitrante: ¿La Iglesia perseguida en los medios?’
24 de octubre de 2025
La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) volvió a celebrar su tradicional ciclo de conferencias en el Auditorio San Juan Pablo II del Obispado de Jerez. El nuevo curso se inauguró la tarde del miércoles 22 de octubre con la intervención del periodista jerezano Salvador Gutiérrez Galván, quien ofreció la conferencia titulada «Periodismo recalcitrante: ¿la Iglesia perseguida en los medios?».
El acto fue presentado por el secretario del Centro de Jerez, Manuel Gómez Ruiz, quien comenzó agradeciendo a Dios por poder iniciar un nuevo curso; al Sr. Obispo, por su colaboración; y a los asistentes, por su fidelidad. Posteriormente, hizo un repaso de las actividades desarrolladas durante el curso anterior y avanzó algunas fechas ya fijadas para el presente. A continuación, presentó al conferenciante.
Salvador Gutiérrez Galván es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad CEADE. A lo largo de su carrera ha trabajado en medios como Diario de Jerez, TVE, Cadena SER y Canal Sur Radio y Televisión. Actualmente dirige Jerez TV Academy, un proyecto dedicado a la formación de periodistas recién licenciados en técnicas de comunicación y posicionamiento frente a la cámara. Como reportero, ha cubierto numerosos acontecimientos de relevancia nacional e internacional, entre ellos la desocupación del islote de Perejil (2002), los atentados del 11-M en Madrid (2004), el funeral del papa san Juan Pablo II desde Roma (2005) y la detención y posterior liberación del empresario español Javier Villanueva en Bolivia (2008).


Con una reflexión valiente y personal, Gutiérrez Galván analizó el tratamiento informativo que los medios generalistas —prensa, radio, televisión e internet— dan a la fe católica. Su intervención abordó la creciente deserción informativa que, en las últimas décadas, ha relegado la presencia de la Iglesia en el discurso mediático. Sus palabras estuvieron respaldadas por datos y estudios recientes elaborados por entidades como el Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación contra Cristianos en Europa, Ayuda a la Iglesia Necesitada y el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia.
¿Está la Iglesia perseguida en los medios?
Según los datos expuestos, en 2023 se registraron 2.444 crímenes de odio anticristianos en 35 países europeos. Esta cifra incluye 232 ataques personales, que van desde el acoso y las amenazas hasta la violencia física. Los ataques se centraron en gran medida en los fieles de comunidades religiosas —católicas y evangélicas— y fueron cometidos, en su mayoría, por miembros de grupos proabortistas y profeministas. Se contabilizaron además 41 ataques a lugares de culto y símbolos religiosos, 54 casos de escarnio a la religión y 65 episodios de laicismo beligerante.
En España, el 72% de los ataques a la libertad religiosa tuvieron como objetivo a los cristianos, y más de la mitad (el 55%) se dirigieron concretamente contra la confesión católica. Una de las muestras más recientes y mediáticas de ofensa contra los cristianos fue la parodia de la Última Cena presentada durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.
¿Qué papel juega la Iglesia en los Medios?
A lo largo de su historia, la Iglesia se ha servido de múltiples herramientas para transmitir su mensaje de salvación: el arte, la pintura, la escultura, los manuscritos, la imprenta… El problema actual —señaló el ponente— es que existe una herramienta mucho más poderosa: los medios de comunicación modernos, cuya capacidad de resonancia y difusión es inmensamente mayor.
Sin embargo, cuando estos medios se utilizan con sensacionalismo y poco rigor, pueden generar con facilidad un estado de opinión pública erróneo y contrario a la Iglesia, algo muy difícil de revertir.
Gutiérrez Galván ilustró sus palabras con ejemplos vividos en su trayectoria profesional, como el caso Romanones o la polémica en torno al libro Cásate y sé sumisa, de la italiana Costanza Miriano.
“La televisión, la radio, la prensa e internet se están convirtiendo en las primeras instancias morales —advirtió—; dictan lo que está bien y lo que está mal, lo bello y lo feo, lo permitido y lo prohibido. Se acaba viviendo a base de unas pocas ideas o tópicos que se repiten hasta la saciedad sin que nadie los someta a un análisis riguroso para descubrir de dónde vienen o a qué intereses responden.”

En este sentido, recordó las palabras del papa Benedicto XVI durante la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2008:
“Los medios de comunicación, por las potencialidades educativas de que disponen, tienen una responsabilidad especial en la promoción del respeto por la familia, en ilustrar sus esperanzas y derechos, en resaltar su belleza.” Y se preguntó: “¿Tienen en cuenta esto quienes hoy deciden las parrillas informativas?”
Los que hoy deciden las parrillas de las noticias…¿Tienen en cuenta esto?
El periodista concluyó su brillante exposición —muy bien argumentada y aquí resumida— destacando que el principal ataque de los medios hacia la Iglesia en nuestros días es el silencio, es decir, ignorar todo lo bueno que hace la Iglesia. No existe ya una agenda informativa que recoja los viajes pontificios, las encíclicas o las iniciativas eclesiales; los medios incluso han ido despojándose de sus corresponsales en Roma.
“Solo es noticia la mala noticia —añadió—. La cobertura de actos relacionados con el Papa, los arzobispos y otras autoridades eclesiales se limita casi siempre a lo negativo, especialmente a los casos de abusos, mientras se omite por completo la persecución de los cristianos en el mundo.”
Asimismo, denunció la manipulación ideológica que mina la opinión pública mediante mensajes contrarios a la antropología cristiana, atacando valores fundamentales como la familia, la identidad del hombre y la mujer, o la defensa de la vida. “Casi todo —afirmó— está filtrado por una ideología contraria a la visión cristiana del mundo, que resta importancia a la tradición católica para dársela a otras religiones o filosofías.”
Finalmente, Gutiérrez Galván concluyó con una reflexión que dejó al auditorio en silencio:
“No toda la verdad está en lo que nos dicen los medios. Hay mucho más: verdades que laten en la experiencia de nuestros mayores, en la vida cotidiana, en el esfuerzo de una familia por salir adelante, en la abnegación, en nuestras tradiciones… y, sí, me atrevo a decirlo en alto, en la sumisión del hombre a Dios.
Hay mucha mediocridad en estos tiempos, aunque se disfrace de corbata. Cuando vean una noticia que les llame la atención, miren qué medio la publica y saquen sus propias conclusiones”.

