José Francisco Serrano Oceja diserta sobre el proceso de beatificación de Isabel la Católica
18 de noviembre de 2024
El pasado viernes, 8 de noviembre, el miembro de la ACdP, periodista y catedrático de la Universidad CEU San Pablo, José Francisco Serrano Oceja, pronunció una conferencia con el sugerente título Aventuras y desventuras del proceso de beatificación de Isabel la Católica, de cuya muerte se cumplen 520 años.
Organizada por la Asociación Católica de Propagandistas, la conferencia de José Francisco Serrano tuvo lugar en el salón de actos de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús de Gijón. El numeroso público, entre el que se encontraba el arzobispo de Oviedo, don Jesús Sanz Montes, llenó la sala.
La presentación corrió a cargo del propagandista Ricardo Viejo, que hizo una exposición introductoria con una breve semblanza de un ponente, por otro lado, conocido en Asturias.
La disertación corrió fluida y natural en un conferenciante acostumbrado a realizar su exposición utilizando los papeles y demás documentos organizados en la mesa, como mero material de apoyo para consulta y lectura de citas o datos puntuales de interés. Una locución dinámica acompañada de un justo manejo de las manos contribuyó a mantener el interés del público en un tema no bien conocido.
En efecto, más allá de la relación de Isabel I de Castilla con determinados hechos históricos —la toma de Granada, la expulsión de los judíos o el descubrimiento de América; e, incluso, estos sin rascar la superficie de una idea simplificada del hecho en sí—, el gran público desconoce con un mínimo de profundidad la importancia de las aportaciones al mundo moderno del reinado de esta notable mujer. Y mucho menos detalles significativos de su vida personal y su vivencia de la fe cristiana.
El ponente profundizó, con las limitaciones que la duración de una conferencia permite, en las dificultades con que tuvo que lidiar por ser mujer, estar casada con quien fue su marido, ser madre y serlo de los hijos que tuvo con las circunstancias que les rodearon, así como las complejas relaciones con los personajes políticos y representantes eclesiásticos de su época, no siempre bien avenidos con las ideas, propósitos y forma de ser de la reina.
Se citaron múltiples testimonios de personajes coetáneos de Isabel I sobre su vida y sus virtudes, destacando los nombres de algunos historiadores y del propio Cristóbal Colón. Tales testimonios, que forman parte del extenso material documental del expediente de su proceso de beatificación, resaltan la idea, subrayada por el ponente, de que todos los actos conocidos de la vida del regio personaje fueron acordes con la religión católica y coherentes con una profunda vida de fe y oración. Entre dichos actos, el orador destacó singularmente el carácter evangelizador que quiso caracterizara la labor de conquista del Nuevo Mundo recién descubierto, así como el respeto a los nativos de aquellas tierras; reconocidos como seres humanos dotados con alma y derechos, a los que se integró como ciudadanos, encuadrados en virreinatos de la corona.
Este proceso de beatificación puede considerarse de alguna manera iniciado, siquiera a título oficioso, ya en los años 20 del pasado siglo; destacando en este sentido, como refirió el conferenciante, un editorial del entonces periodista y director del diario El Debate, Ángel Herrera Oria, que resaltaba la importancia de los méritos de la reina católica, justificando el inicio del citado proceso para llevarla hacia los altares.
José Francisco Serrano desmintió que el proceso estuviera parado, pero sí explicó que era fundamental contar con las oraciones y el interés del público para que pudiera activarse con mayor fuerza. Comentó diversos detalles y anécdotas del itinerario seguido por el expediente, así como los pasos que restan para su conclusión con el resultado positivo que se espera, aunque posiblemente no a corto plazo.
El público mostró el vivo interés suscitado por el tema y por la propia exposición del orador, formuló múltiples preguntas y observaciones al final del acto, destacando las palabras del arzobispo indicando la dificultad de un proceso de beatificación de un personaje lejano en el tiempo pero, a la vez, que puede ser un modelo plenamente actual de compromiso coherente con la fe cristiana en medio de las dificultades de un mundo ciertamente revuelto y, en ocasiones, hostil.