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El curso de verano organizado por la Asociación Católica de Propagandistas en Málaga ha reunido durante tres días a intelectuales, periodistas, profesoras y autoridades en torno a un lema fundamental para la vida democrática. Bajo el lema: “Libertad de prensa y libertad educativa: pilares de un pueblo soberano”, las jornadas han ofrecido no solo un espacio de formación, sino también de encuentro humano, pensamiento compartido y compromiso cívico.

La sesión inaugural contó con la intervención de Carmen Fernández de la Cigoña, secretaria general de la ACdP, y de representantes del Ayuntamiento local, el alcalde de Málaga y al concejala de Educación, quienes subrayaron el acierto del tema elegido y reivindicaron el legado de Herrera Oria como ejemplo de compromiso integral entre fe, cultura y bien común. “Málaga debe seguir siendo una ciudad educadora y libre”, afirmó de Educación, recordando el papel transformador que tienen tanto la prensa libre como la escuela en una democracia madura. “La libertad de prensa y la libertad educativa no son concesiones del poder, sino derechos fundamentales sin los cuales cualquier sociedad pierde su esencia democrática”.

La primera conferencia del curso estuvo a cargo de Elio Gallego, profesor y director del CEU CEFAS, quien ofreció una profunda reflexión sobre la figura del siervo de Dios Ángel Herrera Oria. A partir de la imagen de los “saltos” del Evangelio —aquellos que descubren las claves de la dignidad humana en la experiencia de Cristo—, Gallego presentó a Herrera como un hombre movido por la fe que supo articular cultura, educación y evangelización con una visión integral. “La labor periodística, cultural y pastoral de Herrera no se entiende sino desde su encuentro personal con Cristo”, afirmó. Recordó también la experiencia de las misioneras rurales como encarnación del proyecto social y evangelizador del cardenal: mujeres que llevaron educación, sacramentos y esperanza a los rincones olvidados de Málaga, no por una estrategia, sino por una vocación total.

Dos libertades que se tocan: prensa y educación

El martes 15 estuvo marcado por una doble mesa redonda dedicada a los dos grandes ejes del curso. José Luis Restán, periodista y directivo del grupo ÁBSIDE Media, ofreció una intervención de fondo en la que defendió la prensa libre como garantía de una sociedad abierta: “Sin un periodismo verdaderamente libre, no hay conversación pública ni control del poder”, afirmó. Pero fue más allá, subrayando que sin libertad educativa tampoco puede existir una ciudadanía madura: “Educar no es solo transmitir conocimientos, sino proponer una hipótesis de sentido. Y eso requiere libertad”. Otros participantes, como el director de ABC, Julián Quirós, recordaron la fragilidad de la libertad de prensa y el modo en que ciertos gobiernos intentan erosionarla a través de muros administrativos o campañas de presión institucional: “La libertad se debilita no solo por lo que se prohíbe decir, sino por lo que se impone como único discurso legítimo”.

Junto a ellos intervino Jorge Sanz, director adjunto del diario El Debate, quien aportó una mirada analítica sobre el debilitamiento de la cultura cívica en la sociedad actual. “En democracia es obligatorio votar, pero no es suficiente”, afirmó. Reivindicó la necesidad de una ciudadanía crítica y bien informada, y alertó sobre el riesgo de que los medios se conviertan en instrumentos de distracción en lugar de espacios de verdad. “La libertad de prensa no puede reducirse a una etiqueta. Requiere medios libres, periodistas valientes y una ciudadanía que sepa distinguir entre información y propaganda”.

Educación, derecho y desafío

En la mesa vespertina, varios expertos abordaron con datos y argumentos la actual situación del sistema educativo español. Se discutieron las implicaciones jurídicas del artículo 27 de la Constitución Española, los límites competenciales entre el Estado y las comunidades autónomas, y los desafíos provocados por las reformas ideológicas en los currículos. Se puso especial énfasis en la imposición de una visión antropológica unívoca desde la legislación, en detrimento del derecho de los padres a educar según sus convicciones. “La Constitución habla de igualdad entre personas por razón de sexo. Pero la ley educativa actual menciona género más de 130 veces, y sexo, apenas seis”, se denunció. También se abordó la precariedad de los centros concertados y el riesgo de que la libertad de elección se convierta en un privilegio económico. “Sin recursos, no hay opción real”, afirmaron desde la Fundación Victoria, que gestiona más de 30 centros educativos en la provincia.

Al final de la sesión del martes 15, los participantes del curso tuvieron la oportunidad de conocer la escuela capilla-rural El Romeral. Estas escuelas, fundadas por Don Ángel Herrera Oria, siendo Obispo de Málaga, fueron un dique de contención y un freno muy importante al analfabetismo, por su doble vertiente de educación primaria de la población infantil y de educación de los adultos, atacando la raíz del problema y cortando la reacción en cadena, hereditaria y reproductora en medios rurales de pobreza y marginalidad. 

Higinio Marín: la libertad, en su raíz más profunda

El filósofo y profesor Higinio Marín ofreció el miércoles una conferencia magistral que se alejó de los tópicos y fue a la raíz de la cuestión. Partiendo de la Odisea, propuso una lectura antropológica de la libertad como capacidad de “tomar la palabra” y responder ante los demás: “Solo quien puede convocar a sus iguales a deliberar sobre lo común ejerce una verdadera ciudadanía”. Marín distinguió entre el mero vecino y el ciudadano, recordando que la libertad de expresión no es un lujo, sino la condición necesaria para que exista una comunidad política. “En las democracias no se puede perder el presupuesto implícito de que no queremos llegar a las manos. Si ese pacto se rompe, la palabra ya no vale nada”.

Una mesa final sobre riesgos y resistencias

La última mesa redonda del miércoles se centró en los riesgos actuales para las libertades cívicas. Se denunció la “tiranía blanda” que, bajo la máscara del progreso, impone uniformidad ideológica desde el Estado, incluso en cuestiones morales, educativas y religiosas. “No se trata solo de defender derechos, sino de resistir una deriva hacia modelos sociales distópicos donde todo está regulado y nadie puede disentir”, advirtió uno de los ponentes. Se reivindicó la parresía, esa antigua virtud griega que permitía al ciudadano hablar con libertad y valentía ante sus iguales. “Necesitamos recuperar esa palabra y hacerla nuestra. Solo con verdad y coraje podremos construir una sociedad verdaderamente libre”.

Un legado que sigue vivo

El curso concluyó con una evocación emotiva de la figura de don Ángel Herrera Oria y de las misioneras rurales que llevaron su visión a los pueblos de Málaga. Mujeres como María Matute, cuya vida entregada a la educación y la fe fue ejemplo de cómo la libertad se conquista y se encarna en lo concreto.