
Jornada La Memoria histórica
24 de marzo de 2023
La Introducción de la jornada corrió a cargo de la secretaria general de la ACdP, Carmen Fernández de la Cigoña, que fue presentada por Antonio Muñoz García, secretario del Centro de Córdoba.
Carmen Fernández de la Cigoña señaló la transformación que la sociedad está sufriendo a través de un proceso de ingeniería civil perfectamente orquestado y que vive un momento actual de especial intensidad. Ante esos cambios que atacan nuestra manera de vivir y sentir, defendió que hemos de reaccionar conociendo los riesgos y planteando alternativas.
La ponente enumeró una serie de leyes que articulan esta transformación social, reformas como la del aborto, la educación, proyectos como la eutanasia, la ley “trans”, la del “sólo sí es sí”…que en su conjunto suponen un verdadero ataque a principios y valores como la vida, la familia y en definitiva, la libertad.
Cerró su intervención haciendo especial hincapié en una de las leyes que manipula la historia y por tanto el propio ser, la llamada “ley de memoria histórica”, agradeció la asistencia y organización y especialmente la disponibilidad de los ponentes todos de altísimo nivel. Más que lamentos ante una situación compleja dio gracias a Dios por la oportunidad que se nos plantea ante el reto de descubrir la Verdad y defenderla.
La primera ponencia, titulada ¨La Ley de Memoria Democrática y su argumentario” corrió a cargo de Manuel Bustos Rodríguez, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz y director del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala, que fue presentado por Consuelo García-Angulo de la Calle, secretaria del Centro de Jerez de la ACdP.
El profesor Bustos analizó la ley desde el preámbulo hasta los cinco bloques que la conforman. La calificó como instrumento para articular un relato que articula una lucha por la democracia que arranca con la constitución de Cádiz y finaliza con la de 1978. Desde el principio se detecta un absoluto sesgo para identificar a los luchadores por la libertad contra las fuerzas del mal, dictatoriales. En ese sentido le llamó la atención que la guerra civil fuera denominada guerra de España en un claro ejemplo de intención por ubicarla en un contexto internacional. También señaló la correlación que el relato plantea entre uno de los bandos de la contienda y el propio Hitler.
Relativo a las víctimas, manifestó que existe una clara voluntad de obviar a las del bando nacional: checas, persecución religiosa, Paracuellos…Esas víctimas pertenecen al sector, la media España, que se sublevó ante la otra media demócrata y no violenta. La ley es un compendio de argumentos que sitúan al gobierno de la Republica como un ejemplo de libertad y democracia derrocado por un golpe dictatorial que se perpetuó a lo largo del tiempo en un estado de terror y represión. Hizo especial hincapié a lo radical del relato que señala a las mujeres en su conjunto como víctimas de esa represión.
Para finalizar desgranó los efectos concretos e inmediatos de la ley, incidiendo en el ámbito educativo que a todos los niveles se ve impregnado por este relato y ejemplos tan concretos como el Valle de los caídos que sufre un ataque al que aún le quedan algunos capítulos. En definitiva un proyecto global de cancelación a todo aquello que contradiga (nombres de calles, personajes, hitos históricos, monumentos…) la versión única de los hechos que la ley representa. Tras esta ponencia se produjo un coloquio entre los asistentes y el ponente.
Seguidamente se desarrolló la segunda ponencia: “Más allá del franquismo: una ley para falsear toda la historia de España” que fue desarrollada por Rafael Sánchez Saus, Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz, Rector Honorario de la Universidad CEU San Pablo y Director del Congreso de Católicos y Vida Pública. Fue presentado por María del Carmen Fornieles Cáceres, Secretaria del centro de la ACdP de Guadix.
Sánchez Saus inició su disertación ubicando el antecedente más radical de la actual ley de memoria en la ley andaluza de 2017 desarrollada para los mismos fines. Señaló la paradoja de que, incluso con un gobierno actual de mayoría absoluta de fuerzas de centro-derecha, la ley siga vigente. Esto le lleva a pensar que, salvo excepciones, la mayoría del arco parlamentario asumen las tesis de lo que la ley representa.
Saus señala que estas leyes persiguen la condena moral de uno de los bandos de la guerra civil. En una clara extralimitación de funciones, la ley andaluza sentencia la imprescriptibilidad de los “crímenes” ejecutados por el bando nacional. La ley andaluza abarca un relato y por tanto unos efectos hasta el primer estatuto de Autonomía Andaluz. En ese contexto Saus señala la profundidad de las actuaciones que, por ejemplo, llevan a todos los niveles educativos una visión sesgada de la historia de España.
Según Saus estamos ante un proceso de ingeniería social cuyo objetivo es condicionar a las nuevas generaciones sobre la visión de nuestra historia. La ley de memoria actual impone, sin más, una única visión que ha de comprometer al futuro con una afectación de la conciencia ciudadana.
Saus pone como ejemplo y antecedente de estos proyectos de manipulación global de la conciencia el señalado por R.R. Reno cuyo objetivo era cambiar la mentalidad de la sociedad norteamericana tras la II Guerra Mundial. En este episodio se señalaban el patriotismo, la religión, la familia, los denominados “dioses fuertes” como elementos que propician la violencia, la guerra y las tendencias dictatoriales y que por tanto han de ser combatidos.
El desarrollo de estos proyectos ha llevado a una sociedad actual inviable, perdida en el relativismo. La ley andaluza es un claro ejemplo de intento por expurgar todo aquello que se asocie a estos “dioses fuertes”, a saber: el patriotismo, el catolicismo, la familia, la visión de la historia de España que enaltece los momentos gloriosos de la misma.
En este contexto se pretende, a través de esta ingeniería social-legal, enaltecer todo aquello que se contrapone a los “dioses fuertes” como son las minorías (LGTBI), el Islam, el bando afrancesado, la masonería, los movimientos anarquistas, la República… Todo el periodo franquista es una época de terror y represión que debe ser expurgada, pero ya no sólo esa etapa, todo lo asociado a lo que la ley señala como perverso ha de ser cancelado.
El profesor Saus termina señalando el proceso de “reconquista” como claro ejemplo de cancelación, incluso advirtiendo de importantes sectores que abogan por el término de “agresión feudal” para que este glorioso episodio de nuestra historia sea estigmatizado como un ataque al “idílico” mundo del Islam, y así cancelar a todo intelectual o ciudadano que se atreva a contradecir esta versión única y segada de la historia.