Bullón de Mendoza: «La libertad es un bien instrumental porque nos puede llevar hacia la verdad o en dirección contraria»
21 de octubre de 2025
- Bajo el lema «La libertad de los hijos de Dios», Valladolid acoge un encuentro que invita a la reflexión sobre la libertad cristiana
Por Daniel Martín, en El Debate
El Centro Diocesano de Espiritualidad de Valladolid ha acogido este lunes la primera de las tres sesiones de las VII Jornadas Católicos y Vida Pública, que organiza la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). La inauguración ha corrido a cargo del presidente de la ACDP, Alfonso Bullón de Mendoza, Jesús Fernández Lubiano, vicario general de Valladolid, y el concejal de Hacienda, Personal y Modernización Administrativa del Ayuntamiento de Valladolid, Francisco de Paula Blanco.
Este primer encuentro ha servido para arrojar luz sobre «La libertad como don» y ha contado con un gran seguimiento, con una setentena de personas que han llenado la sala y ha obligado a algunos asistentes a seguirla desde fuera. El presidente de la ACdP ha sido el primer interviniente y durante su discurso ha advertido de que «la libertad es un bien instrumental porque nos puede llevar hacia la verdad o en dirección contraria».
En este sentido, ha señalado que no hay que olvidar que la concesión de Dios al hombre del libre albedrío te da la libertad de elegir, «una libertad real», por más que la auténtica libertad sería «actuar conforme al designio de los planes de Dios» que, en todo caso, «tienes que descubrirlos». Bullón de Mendoza, en una reflexión que ha sobrevolado algunas de las intervenciones posteriores, ha avisado también del peligro actual de «la poderosa cultura de la cancelación», que «puede suponer la muerte civil».


El vicario general de Valladolid , por su parte, ha apuntado a que «vivimos en una época en la que hay la necesidad de clarificar o delimitar los conceptos». «Cuando hablamos, a veces no nos entendemos porque decimos las mismas palabras, pero decimos cosas diferentes», ha continuado, antes de añadir que «a veces quizás nos falta matizar el contexto en el que decimos las palabras».
Al hilo de esto, el responsable de las cuentas municipales ha indicado que hablar de católicos y de vida pública «es hablar de coherencia» y ha defendido abiertamente su fe cristiana como «una guía de comportamiento y de conducta». Asimismo, ha incidido en que actualmente, en una época «donde prima el zasca, la inmediatez, los 140 caracteres» de un tuit, los valores cristianos son «más necesarios que nunca». «Por eso –ha dicho– debemos exigirlos y reubicarlos en los puntos en los que estemos cada uno».
Tras la inauguración, se ha dado paso a la primera sesión de diálogo, en la que han intervenido José Francisco Serrano Oceja, catedrático de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo, y el padre José San José Prisco, catedrático de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Salamanca. El primero ha recordado que los hombres «para ser libres, los libero Cristo» y ha repasado algunas de las conclusiones de varios de los filósofos más importantes de hoy en día, que apuntan a que vivimos en una sociedad del cansancio, de la mentira o de la decepción, según el análisis de cada uno de ellos. Por ello, ha afirmado que estamos «en un momento cultural en el que estamos decepcionados respectos a las grandes conquistas, como por ejemplo la libertad».
En esta línea, ha asegurado que el futuro, para los cristianos, «no es lugar de incertidumbre», sino de la promesa de la redención y ha aseverado que actualmente vivimos en un ciclo en el que está mutando la definición de los conceptos, incluidos la naturaleza y la propia naturaleza humana. Para ejemplificarlo, ha aludido, sin nombrarla, a la exministra de Igualdad Irene Montero, supuesta adalid de la defensa de las mujeres pero que no supo bien definir qué era una mujer cuando se le preguntó.



Tiempos «de libertades infinitas y deseos exacerbados»
Según Serrano Oceja, la clave de la propuesta cristiana de libertad no es otra que Cristo y el encuentro personal con él, «que siempre arraiga con esa capacidad que tenemos de confiar». Un aspecto que considera fundamental en estos tiempos «de libertades infinitas y deseos exacerbados». «El factor principal que ahora conspira contra la propuesta cristiana es la desconfianza» en la sociedad. Y, así, ha alertado de que «la Iglesia no será confiable si establece alianzas con el poder», poniendo como ejemplo la Iglesia Ortodoxa Rusa.
José San José Prisco, a su vez, ha declarado que la fuente de la libertad que nos anima a vivir y ser confiables no es otra que el amor, para el que hay que retrotraerse a la creación del mundo y del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, «que es amor». «Hemos recibido nuestra alma de Dios para vivir en libertad», ha reflexionado para después advertir que es una tentación para los seres humanos «pensar que la verdad es lo que yo fabrico como verdad».

«Al dejar de buscar la verdad, nos hacemos esclavos de nuestras pequeñas verdades, que en realidad siempre son mentiras» y, asimismo, ha avisado del peligro de la búsqueda de la verdad –que «se encuentra por inspiración del Espíritu Santo», que es «donde está la libertad»– por la asunción «de lo que dice la mayoría». Y para ilustrarlo, ha puesto un ejemplo muy concreto: «El aborto no es una interrupción del embarazo. No se interrumpe algo para continuarlo luego. Es el asesinato de un ser humano».
El catedrático de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Salamanca ha añadido que «al hablar así, como católicos, nos van a señalar», pero «esa inviolabilidad de la vida humana no depende de nosotros; es una verdad que viene de Dios y no podemos renunciar a ella». Finalmente, y antes de que la jornada pasase al turno de preguntas de los asistentes y a la actuación musical del dúo José y Vali Olguín (Valiván), que ha puesto el broche, San José Prisco ha concluido – parafraseando el título de las jornadas– que «si yo quiero ser libre, tengo que escuchar al Espíritu, tengo que dejarme habitar por el Espíritu, y esto, hermanos, es un don. Por eso la libertad es un don para los hijos de Dios».

