
Manifiesto de condena por el acto de inauguración de los Juegos Olímpicos
29 de julio de 2024
• La Asociación Católica de Propagandistas quiere manifestar su repulsa y condena por el desarrollo de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos
La Asociación lamenta profundamente que un acto que a lo largo de los años ha servido para mostrar un ambiente de unidad, paz y sana competitividad, haya sido utilizado para realizar una clara ofensa, deliberada, a la fe de miles de millones de cristianos en todo el mundo.
Más allá de la afirmación de no haber querido faltar al respeto a nadie, lo cierto es que un acto así no ha podido tener otra intención, y no cabe ninguna duda en su interpretación. Las declaraciones de la organización de París 2024 no son una respuesta a la gravedad del acto. El problema no está en quién se ofende (millones de personas) sino en quién quiere ofender.
El Consejo Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas, y con él toda la Asociación, entendiendo que tal mascarada constituye un acto blasfemo, quiere exigir disculpas oficiales por lo que es un acto gratuito de agresión a la fe que profesan todos los cristianos del mundo, y al sentido común de los millones de personas que no comparten la ofensa al sentimiento religioso.
La Asociación es consciente de la necesidad de denunciar una supuesta laicidad que primero restringe lo religioso a la esfera privada, después crea un ámbito público hostil al hecho religioso, haciendo escarnio de la fe, y termina en un confesionalismo que, a pesar de las proclamas de neutralidad, acaba imponiendo determinadas opciones ideológicas como las únicas que pueden manifestarse en público.
El acto de inauguración de los JJ. OO. es una muestra de lo que cabría esperar también en España. Por este motivo, la Asociación quiere mostrar su profunda preocupación por la intención de hacer desaparecer del Código Penal de nuestro país el delito de ofensas al sentimiento religioso. Es evidente cómo esa supuesta “libertad de expresión”, en palabras del ministro Urtasun, puede constituir una gravísima ofensa contra la fe y las convicciones más profundas de todos los creyentes.
Por tanto, desde la Asociación Católica de Propagandistas exigimos una verdadera disculpa y una reparación por parte de los organizadores del acto de inauguración, así como de quien es el máximo responsable.
Y señalamos cuáles son las consecuencias de llevar a cabo una reforma legislativa que muestra el desprecio por la fe no solo de millones de católicos sino de todos los creyentes. No se puede hablar de libertad y tolerancia dando muestras de sectarismo, desprecio y agresión.