
Higinio Marín, sobre la agenda 2030: «Todo lo que tiene que ver con la salud sexual es colonización ideológica»
17 de febrero de 2025
- El filósofo impartió una conferencia en Santiago de Compostela bajo el título de ‘La corrección política y sus imposiciones. La Agenda 2030’ organizada por al ACDP
La Agenda 2030 es un conjunto de objetivos globales promovidos por la ONU para fomentar el desarrollo sostenible, abordando cuestiones como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y los derechos humanos.
En España, esta agenda está presente en distintos niveles de la política, desde el gobierno nacional hasta el ámbito autonómico y local. La pregunta que surge es: ¿qué ideología está detrás de la corrección política y de la Agenda 2030?
El filósofo Higinio Marín abordó este tema en una conferencia organizada por el Centro de Santiago de Compostela de la Asociación Católica de Propagandistas donde compartió su visión crítica sobre la corrección política y su relación con la agenda global y sus efectos en la sociedad contemporánea.
El ponente, presentado por la secretaria del Centro de la ACdP, Nuria Vázquez, comenzó su intervención resaltando cómo las imposiciones ideológicas pueden condicionar el pensamiento y el debate público, «cuento lo que al respecto pienso o me han mandado que piense»
Cómo actúa la corrección política
Marín sostuvo que la corrección política actúa como un conjunto de prescripciones que limitan lo que se puede decir y hacer en el espacio público. «Uno no tiene más remedio que conceder que eso es inevitable. No hay sociedad en la que no haya unos criterios restrictivos acerca de lo que se pueda decir, de lo que se pueda pensar o hacer», explicó. Sin embargo, lo novedoso en el contexto actual es la forma en que estos límites se han transformado en dogmas de carácter ideológico.
Históricamente, según Marín, las restricciones han sido impuestas por la religión o por sistemas aristocráticos. «En aquellas sociedades en los que los pecados son delitos, tenemos una religión que toma el mando de lo que se puede o no hacer». La modernidad, sin embargo, ha dado paso a un Estado laico en el que las doctrinas políticas han reemplazado a las creencias religiosas como fuentes de corrección y exclusión.
Esta transformación ha llevado a que quienes no siguen los preceptos de la corrección política sean marginados. «El que no cumple la corrección que nos convierte en pueblo, ha perdido el sentido común y la cordura», aseguró el filósofo. De esta manera, los disidentes son tratados como herejes, sujetos a una suerte de excomunión social.
Reflexiones sobre la agenda 2030
Uno de los puntos más controvertidos de la conferencia fue la vinculación entre la corrección política y la Agenda 2030. Para Marín, esta agenda es «la organización de la meta y objetivos con carácter planetario para instituir un nuevo sentido común global, o lo que es lo mismo, un campo unificado planetariamente de lo que tiene o no sentido hacer».
Aunque reconoció que algunos de sus principios pueden ser beneficiosos, también alertó sobre su potencial para uniformizar todas las tradiciones culturales del mundo en un nuevo modelo de pensamiento de matriz occidental.

Un ejemplo de ello es la imposición de ciertos valores en torno a la salud reproductiva y sexual. «Desde mi perspectiva, todo lo que tiene que ver con la salud reproductiva y sexual es pura colonización desde un punto de vista ideológico», afirmó, argumentando que temas como el aborto o la identidad de género son cuestiones abiertas al debate en sociedades democráticas y no deberían ser impuestos de manera global.
Marín también alertó sobre la tendencia de la Agenda 2030 a estatizar la responsabilidad moral de la humanidad. «Toda la agenda 2030 descansa en la estatalización de la responsabilidad moral de la salvación del planeta, de nuestra especie y de las que vengan, porque el Estado es el agente universal, tiene que hacerlo todo».
En este contexto, cuestionó el papel del Estado como único garante de derechos y responsabilidades, sugiriendo que esto podría minar la autonomía individual y familiar.
Finalmente, el filósofo sintetizó su crítica a la corrección política en tres elementos clave: «La religión sin perdón, la aristocracia sin virtud y la democracia sin pluralidad». Estos factores reflejan el peligro de convertir la corrección política en una nueva forma de exclusión ideológica.
En definitiva, la conferencia de Higinio Marín sirvió para abrir un debate sobre los límites de la corrección política y su relación con la Agenda 2030.