
El Centro de Toledo organiza una tanda de Ejercicios Espirituales con una alta participación
20 de febrero de 2025
La Casa de los Carmelitas Descalzos de Toledo ha cogido una nueva tanda de ejercicios espirituales organizados por el centro de la Asociación Católica de Propagandistas en la ciudad imperial. El director de la tanda en esta ocasión fue el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, que ya en otras ocasiones había dirigido los ejercicios a los propagandistas. El arzobispo de Toledo siguió el esquema sugerido por San Ignacio de Loyola en sus célebres ejercicios espirituales, planteando a los propagandistas la necesidad de un aparcamiento repasando algunas de las adicciones que aparecen en el libro de los Ejercicios de San Ignacio.
El primero de los días pronunció una inolvidable homilía en las Laudes con ocasión de la celebración de la Fiesta de la Conversión de San Pablo. Identificó tres lugares teológicos se aprecian en Pablo: 1º Damasco, que fue donde salió de la ceguera y comenzó su camino penitencial siendo conducido por la iglesia que lo acogió y lo guio; 2º Atenas, a donde Pablo llega seguro y en donde realiza el que se considera su gran discurso, que fue seguido de un sonado fracaso apostólico; 3º La vida en general, donde Pablo va descubriendo que su santidad depende de ir ocupando su sitio. En este punto el arzobispo repasó la carta Filotea de San Francisco de Sales y la necesidad de no jugar a una vocación que no es la mía.

Los ejercicios comenzaron con meditación dedicada al “principio y fundamento” que nos plantea San Ignacio en el número 23 del libro de sus Ejercicios: construir la vida sobre cimientos sólidos, sobre roca, y por tanto luchar para superar el desorden que se producen la misma. Un desorden que nos lleva a confundir medio con fin y del que nace la vida desordenada que en ocasiones llevamos, y que nos mantiene alejados de Dios. Para ello invitó a meditar profundamente la parábola del hijo pródigo dentro de las parábolas de la misericordia planteadas por San Lucas.
La primera tarde estuvo destinada a la vocación al seguimiento de Cristo que cada uno tiene. Especialmente la vocación de laico dentro de la polis (de acuerdo con los planteamientos de la carta Cristifideles laici de San Juan Pablo II) y aprender desde el conocimiento interno de cristo el modo de vivir la estela de Jesús encarnado, planteando la necesidad de meditar larga y profundamente tanto la encarnación como la vida de Jesús sobre la tierra.
Posteriormente, monseñor Cerro planteó las claves en las que San Ignacio se aproxima a la pasión. Invitó a todos los protagonistas a dedicar la noche a una meditación profunda de la pasión de Cristo desde el agradecimiento, la redención, la adoración, la vida de los santos, la historia de la pasión en la vida de cada uno y la propia vulnerabilidad.
Finalmente, el día del domingo, se dedicó entero a meditar sobre la resurrección y los pasajes de las apariciones de Cristo resucitado a los apóstoles, incidiendo especialmente en la aparición orillas de Tiberiades que relata el capítulo 21 del evangelio de San juan y la aparición a los que iban camino de Emaús a que se refiere el capítulo 24 del de San Lucas.

La tanda estuvo muy concurrida, con más de 35 ejercitantes y una larga lista de espera de propagandistas y simpatizantes que no pudieron participar. Con ella se completan diez años seguidos en los que el centro de Toledo viene organizando, en fecha próxima a la fiesta de la conversión de San Pablo, su tanda anual de Ejercicios espirituales.
