Otero Novas: “Si se suprime la Constitución, la paz en España puede verse gravemente afectada”
22 de febrero de 2024
- Otero Novas: “Si se suprime la Constitución, la paz en España puede verse gravemente afectada”
El ex ministro de Presidencia y Educación, José Manuel Otero Novas, ofreció el pasado miércoles 31 de enero la conferencia Amnistía, Constitución y Bien Común, celebrada en el Auditorio Juan Pablo II del Obispado de Jerez y organizado por el Centro de la ciudad. Presentado por el propagandista Juan Caamaño, el también presidente del Instituto CEU de Estudios de la Democracia reflexionó sobre la situación política en España, los peligros que acechan la democracia y cómo darles respuesta desde la perspectiva del bien común.
“España como realidad no es eterna, y se construyó desde la época romana a base del sacrificio de los españoles”, recordó Otero. Trajo a colación la idea de España como “bien moral”, y señaló que, por tanto, “puede ser atacada como tal”. Lamentó que desde el siglo XIX Cataluña y el País Vasco hayan estado consiguiendo “muros arancelarios”, y que hoy “quieran separarse para seguir disfrutando de sus beneficios privilegiados, por el esfuerzo de todos los españoles”.
La paz, amenazada
El ponente también recordó que “la paz es un bien moral y religioso” —haciendo referencia al Evangelio— y advirtió de que “si se suprime la Constitución, la paz en España puede verse gravemente afectada; existe un riesgo enorme de rebelión”. Otero concluyó que la Constitución es “un bien necesario” y que la amnistía impulsada por Pedro Sánchez “la vulnera gravemente”.
“La amnistía no está reconocida como tal en la Constitución, y tampoco los indultos generales”, recordó. De hecho, el político vigués recordó que el propio Sanchez había reconocido antes de las pasadas elecciones “la no constitucionalidad de la amnistía”. Consideró también que la aprobación de una ley de amnistía sería “un grave paso prerrevolucionario” que “legitimaría el golpe de Estado catalán”.
Aun así, señaló que “la amnistía no dejará de ser negativa para los españoles aunque salga adelante y la conviertan en constitucional”. Apuntó, en este sentido a las llamadas “relecturas constitucionales” que se dieron a partir de los años 80 y que llevaron, por ejemplo, a la cesión de competencias sobre los puertos generales a las autonomías.
También puso ejemplos históricos —Chamberlain, Pi y Margall, Azaña— de cómo estás dinámicas de diálogo no traen buenos resultados. “Hay que tener en cuenta que las naciones se crean y se desintegran con sangre”, dijo, poniendo ejemplos recientes, como lo ocurrido en Yugoslavia o Ucrania. “Los dos grandes partidos españoles dicen defender la unidad de España, pero no se coaligan para defender la democracia española”, lamentó Otero.
Soluciones
Por último, Otero aventuró algunas posibles soluciones a este problema. Señaló que el apoyo de los partidos minoritarios “es necesario en muy pocas ocasiones a lo largo de una legislatura”, y apuntó que “si se prescindiera de estos apoyos, y del coste que implica, los gobiernos podrían dedicarse a España y los españoles”.
Para ello, propuso suprimir, en primer lugar, las enmiendas a la totalidad de las leyes, con lo que se necesitaría solo la mitad más uno de los votos de la cámara, lo que se podría pactar entre los dos partidos mayoritarios. También propuso modificar el artículo 99 de la Constitución, para la elección del presidente del gobierno: su opción es por elección directa del pueblo, como en Estados Unidos o Francia.
“Mientras tanto, hemos de manifestarnos continuamente en la calle”, insistió, y llamó a “tratar de convencer a los partidos de derecha para que limen asperezas y se unan”, así como a contactar con personas de izquierda “con mentalidad de Estado” que pudieran sumarse a la solución.