La ACdP con el Papa Francisco
11 de enero de 2023
La Asociación Católica de Propagandistas ha querido renovar su tradicional vinculación con el Papa, tan propia de su carisma e historia, con una visita a su Santidad encabezada por su presidente Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera. Para tan especial ocasión estuvo acompañado por D. José Masip, vicepresidente de la ACdP; Marcelino Oreja Aguirre, vicepresidente del Patronato de la Fundación Universitaria San Pablo; D. Elio A. Gallego García, secretario del Centro de Madrid; y D. Javier Tello Bellosillo, director general de la Fundación Universitaria San Pablo.
La audiencia se desarrolló en un ambiente marcado por la afable acogida que el santo padre dispensó al grupo de propagandistas. En ella, nuestro presidente, Alfonso Bullón de Mendoza, procedió a realizar una sumaria presentación de la Asociación, así como un rápido recorrido por las múltiples iniciativas y actividades que se están llevando a cabo en los más diversos ámbitos de la vida civil y religiosa de España, lo que dio lugar a unas reflexiones del Santo Padre de especial valor para todos los propagandistas. Además de congratularse tanto por la historia como por el presente de la ACdP, quiso el papa Francisco subrayar el renovado papel de la ACdP en los medios de comunicación.
A su juicio, los grandes medios de comunicación de masas se ponen en numerosas ocasiones al servicio de una “propaganda” manipuladora, destinada a encubrir la verdad cuando no directamente a promover la mentira. La propaganda que debe guiar a la ACdP, continuó el papa Francisco, debe ser, por el contrario, aquella que nace de la verdad de las cosas, de una verdad que posee por sí misma un poder de convocatoria y de atracción sin necesidad alguna de estrategias manipuladoras. Paternalmente, señaló a los allí presentes que la propaganda que debíamos llevar a cabo había de ser límpida, sin subterfugios, siempre en términos propositivos y en una posición de apertura y diálogo con todos. A este respecto, puso como ejemplo la transición política española a la democracia como paradigma de diálogo y búsqueda de reconciliación. Propuso, en suma, una fidelidad a la verdad y, por tanto, al Evangelio de Jesús, que tan paradigmáticamente encarnó el apóstol san Pablo, que al tiempo que nos libra de la tentación de querer estar “a la moda” y de “adaptar” la fe en Cristo a una mentalidad mundana que poco tiene de cristiana, fuese al mismo tiempo una oportunidad de encuentro y diálogo con todos.