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Daniel García-Pita defiende que la retirada del busto de Pemán en Jerez es fruto de una condena “injusta” del escritor
27 de febrero de 2024
- El Centro de la ACdP de Cádiz organizó el pasado 19 de febrero la presentación del libro ‘El caso Pemán’, escrito por un nieto del reconocido literato y político
El letrado Daniel García-Pita Pemán presentó el libro El caso Pemán. La condenación del recuerdo el pasado 19 de febrero en el auditorio San Juan Pablo II del Obispado de Jerez. El acto, organizado por el Centro de la ACdP de Jerez, contó con una nutrida asistencia, incluyendo algunos de los familiares jerezanos de José M.ª Pemán. El autor es, de hecho, nieto del reconocido escritor y político, que fue también propagandista.
Para García-Pita, Pemán fue “un escritor oceánico”, por su vasta producción literaria. El autor glosó también la trayectoria política del autor de El divino impaciente o Las flores del bien, y recordó que compartió bancada en Cádiz con Ortega y Gasset, Marañón o Ayala. “Eran el continente de la intelectualidad”, aseguró. El autor recordó que en esta experiencia política tuvo desencuentros con Ortega, y que solo se manifestó públicamente para pedir el regreso del rey de España, tras su expulsión en la República.
La Ley de Memoria histórica
García-Pita hizo un repaso de la génesis de la Ley de Memoria Histórica y Democrática. Empezó por el juez Baltasar Garzón, que en 2006 presentó una querella contra Franco y una treintena de generales, ya fallecidos, dictando un auto —anulado posteriormente por el Tribunal Supremo— sobre personas desaparecidas durante la Guerra Civil. En este, recogía que los jueces no están solo para juzgar, “si no para descubrir la verdad”.
Más adelante, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero internacionalizó la desaparición de personas durante la guerra, lo que llevó a que se emitiese un durísimo comunicado desde el Consejo de Europa. Marcelino Oreja intervino para frenarlo. Se creó un grupo de “justicia transicional”, que intervino para sacar adelante la Ley de Memoria Histórica, en diciembre de 2007.
Esto hizo —prosiguió García-Pita— que arrancasen las compensaciones económicas a los familiares de los fallecidos, y que se crease un presupuesto estatal para la búsqueda de fosas comunes, con escasísima participación de ciudadanos de a pie. “Era, y es, una cuestión casi exclusivamente política”, señaló, y defendió que el auténtico objetivo de la norma es “la condenación del recuerdo”, como compensación por haber perdido la guerra.
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Damnatio memoriae
En paralelo, recordó el ponente, se empezaron a solicitar anulaciones de los méritos contraídos por figuras relevantes durante el franquismo, como es el caso de Millán Astray. García-Pita comparó este caso con lo ocurrido con los amalecitas en el Egipto de los faraones, o con el cardenal Formoso de Portugal. “Es la llamada damnatio memoriae”, dijo.
Con arreglo a esta ley, concluyó García-Pita, Peman es condenado “injustamente”, por el hecho de haber sido nombrado miembro del Consejo Nacional en el primer gobierno de Franco, y por las depuraciones de maestros que se dieron entonces. “Él no quería ser miembro del mismo, y además nunca llegó a ocupar el despacho destinado para ello”, recordó. Con todo, esta fue —añadió— la excusa para perseguirle, criminalizarle y retirar su busto del teatro Villamarta, en Jerez. Esto supuso la presentación de una querella por parte de la familia, no tanto por la retirada del busto, sino por la criminalización de un autor de tan reconocido prestigio.
La presentación del libro estuvo introducida por el propagandista del Centro de Jerez Javier Jiménez López de Eguileta. Tras el acto tuvo lugar un debate con los asistentes.