27 de septiembre. LA CORONA DE ADVIENTO

La palabra Adviento tiene su origen en el latín y quiere decir Venida. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo y abarca cuatro semanas antes de Navidad. En la corona de Adviento con su forma circular signo del amor de Dios, las ramas verdes representan al Cristo Vivo y las velas indican que la luz disipa las tinieblas y la oscuridad. El cirio o la vela blanca en la cena de Navidad se enciende y se coloca en el centro porque significa la llegada de Jesús. La corona redonda es la eternidad de Dios porque no tiene principio ni fin. El amor de Dios es infinito. El follaje verde de abeto, pino o artificial representa la esperanza y la vida. La vela rosa se enciende el tercer domingo de Adviento y significa la alegría por el nacimiento de Jesús, por la proximidad al nacimiento. Las tres velas moradas o blancas representan la penitencia y el tiempo de espera en Adviento. Las velas también representan el camino que recorrió el pueblo de Israel en espera de la tierra prometida: “El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz” (Is 9,2). La corona se lleva a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote donde se considera su interpretación más importante, el aumento de luz con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es en Sí la Luz del Mundo.