UNCETA ARENAL, Francisco Javier. Miranda de Ebro (Burgos), 24.IV.1913 – Pamplona, 22.I.2012. Licenciado en Derecho. Alcalde de Gergal (Almería). Registrador de la Propiedad.
Fue el segundo de ocho hermanos, hijos de abogado que ejercía su profesión en Miranda de Ebro, incipiente nudo de comunicación ferroviaria. Contaba entre sus antepasados con jueces y magistrados. Cursó sus primeros estudios en su localidad de origen, en un colegio de las religiosas de la Sagrada Familia del que pasó al de los Sagrados Corazones. Se licenció en Derecho por la Universidad de Valladolid. Perteneció a las Juventudes de Acción Popular, que se integrarían en la CEDA. Alcanzó durante la Guerra Civil el empleo de capitán de Artillería. Aunque inicialmente sintió inquietud por Notarías, superó en 1941 las oposiciones a registrador de la propiedad. Como era frecuente en aquella época, una peregrinación de destinos profesionales le llevaría por Valle de Cabuérniga (Cantabria), San Vicente de la Barquera (Asturias) o Arnedo y Alfaro (La Rioja). En Gergal (Almería), fue designado alcalde por el gobernador civil de la provincia. Fue también registrador en Ledesma (Salamanca), Villarcayo y su Miranda de Ebro natal (Burgos), Medina del Campo y Villaviciosa de Asturias.
En 1971 fijó su residencia en Pamplona. En todo lugar se comprometió con ilusión y empeño en tareas apostólicas, inicialmente desde Acción Católica y los Cursillos de Cristiandad, o ya en los 60, más cercano a la capital burgalesa, en la junta diocesana de Cáritas, o como consejero de la Caja de Ahorros del Círculo Católico. Frecuentó la Adoración Nocturna y el Opus Dei, y fue miembro destacado de Acción Familiar en Navarra desde su creación en 1978, si bien desde décadas antes había promovido el asociacionismo familiar y de padres de alumnos. Fue constante su presencia en foros, tanto asistiendo activamente como pronunciando conferencias y charlas formativas. Al jubilarse recibió la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Ingresó como inscrito en la ACNdP el 14 de diciembre de 1950, en el centro de Pamplona. Fue presentado por Francisco Cantera Burgos y Pedro Alberto García Sarabia. Estuvo temporalmente adscrito al centro de Burgos por razón, como hemos visto, de sus traslados profesionales. Pasó a socio activo el 13 de septiembre de 1958, en Loyola. Fue largos años secretario del centro de la asociación en Pamplona. En 2002, con 89, años, pasó a cooperador, si bien entre los originales su fondo documental, conservado hoy en el Archivo General ACdP-CEU, se conserva el boletín de suscripción que con 97 solicitó en el centro de de Pamplona, acudiendo a dos socios para volver a ser presentado como un aspirante más, con la anotación: Quiso reinscribirse como una renovación. Se le reconoció la antigüedad y por supuesto no se tramitó, se recogía el agradecimiento a la lealtad de toda una vida asociativa a la que, serenamente, no se cansaba de volver, también simbólicamente. Unceta, “un hombre recto, culto y amable, con sentido del humor”, falleció en Pamplona el 22 de enero de 2012.
Había matrimonio en Pamplona, en 1948, con María Pilar Morales que, como gustaba recordar, tuvo que casarse con él siendo hija de notario y nieta y bisnieta de registradores. Fueron padres de cinco hijos y abuelos de dieciocho nietos. Navarro de adopción, como recuerda Jesús Tanco Lerga, que le conoció de cerca y al que agradecemos el grato testimonio y recuerdo que ofrece para trazar este perfil biográfico, Unceta perteneció al núcleo fundador de los Amigos de Javier, “animando -en palabras de Tanco, que sería también, años después, secretario del centro de la ACdP de Pamplona- a la peregrinación con sus tempranas llegadas al castillo del santo, participando en las Javieradas”.
Entre los originales mencionados del fondo documental que generó como propagandista y secretario de centro, destacan no pocas reflexiones, anotaciones que en marzo de 2006 decidió agrupar junto a una instrucción expresa de conservar. Su valor sobresaliente reside no solo en atestiguar el cumplimiento de la obligación anual de todo propagandista activo de asistir a una tanda de Ejercicios Espirituales, sino la escucha atenta de las pláticas y puntos de meditación del director de cada una de las que asistió, a las que añadía cuidados pensamientos, mociones personales que escribía con letra firme y clara. Especial significación alcanzan los cuadernos de notas de las tandas celebradas en Loyola en septiembre de 1950 y el mismo mes de 1952, en sencillos libritos en papel rayado color sepia, editados para los ejercitantes y distribuidos a la entrada de la histórica casa de ejercicios, en la que tantos años la asociación celebró asambleas. Su contenido queda no solo a disposición de los investigadores y para la historia de la ACdP. Constituye una invitación, entre la solemnidad y el recogimiento, a una profundización ilusionante en el compromiso del propagandista de cualquier edad y estado.
Fuentes: Archivo General ACdP-CEU, Fondo Javier Unceta Arenal; A.C. de P., Censo de Propagandistas, 1º de Junio – 1975, pág 27; Testimonio personal de Jesús Tanco Lerga (2.VI.2023).
Bibl.: ACdP, 1151 (2012), pág. 24; Casariego, Nicolás: “Don Javier Unceta Arenal o la normalidad”, Registradores de España, 53 (2010), págs. 88-90; Martín Puerta, Antonio: Historia de la Asociación Católica de Propagandistas. IV. Las presidencias de Francisco Guijarro Arrizabalaga (1953-1959) y de Alberto Martín Artajo Álvarez (1959-1965), Madrid, CEU Ediciones, 2010, págs. 753 y 809.
Andrés MERINO THOMAS