MARTÍNEZ PEREIRO, Manuel. Noya (La Coruña), 14.VIII.1906 – Madrid, 4.III.1996. Abogado. Inspector general de Trabajo. Jefe de la Inspección de Trabajo. Magistrado vocal y Presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia.
Hermano de José Martínez Pereiro, también propagandista, que vivió en La Coruña y perteneció al centro de la ACdP de la misma ciudad hasta su fallecimiento, en 1957. Manuel Martínez Pereiro, también coruñés, nació en Noya el 14 de septiembre de 1906. Finalizó el bachillerato en 1922. A través de don Ángel Herrera Oria conoció el Colegio Beato Juan de Ribera (hoy San Juan de Ribera), el Patriarca, en Burjasot. Mediante oposición obtuvo la beca que le permitió residir el mismo y cursar la licenciatura en Derecho en la Universidad de Valencia. Durante sus estudios superiores perteneció a la Federación Valenciana de Estudiantes Católicos. Solicitó ser socio inscrito en el centro de la ACNdP de la capital levantina en 1926, participando en círculos de estudio y retiros con propagandistas como el Marqués de Lozoya, Duato, Osset, Corts o Canet.
En 1930 se trasladó a Madrid, siendo nombrado en junio secretario nacional de la Juventud Católica Española y administrador general de la rama juvenil de Acción Católica. Al año siguiente se incorporó al bufete de abogados de José María Gil Robles y José María Valiente, con los que trabajaría hasta 1936. Participó en la peregrinación de Juventud Católica a Roma en marzo de 1934, a la que se sumaron más de 30 propagandistas procedentes de casi todos los centros de España. Martínez Pereiro recordaría siempre aquella peregrinación como experiencia religiosa de gran impacto en su vida. El acto culminante fue una misa de comunión en la basílica de San Pablo Extramuros el día 17 del mismo mes, que celebró el consiliario del centro de Santander, don José María Aldasoro. Congregó a nombres de gran relevancia en la historia de la Asociación Católica de Propagandistas, como el venerable Manuel Aparici, Eugenio Beitia, Florentino Carreño González de la Pumariega, José Ignacio Isusi, el Siervo de Dios Simón Lancha Galán, Manuel Mac Crohon, José Pérez Balsera, Luciano de Zubiría y los hermanos Ignacio y Luis Zulueta.
En el primer boletín A.C.N. de P. publicado desde el comienzo de la Guerra Civil, en enero de 1938, se refería que Martínez Pereiro había informado en la XXIV Asamblea General, celebrada en Pamplona semanas antes, de la situación de la Juventud de Acción Católica en plena contienda, movilizada y en su mayoría dispersa, y de la orientación del cardenal primado, que le encomendaba auxiliar a los capellanes castrenses. Al ampliarse en 1941 el Consejo Superior de la rama de Hombres de Acción Católica, fue nombrado, junto al también propagandista César Granda, vocal. Y pasó a ser Vicesecretario.
Si la campaña de Acción Católica de 1942 había centrado su tema anual en la Caridad, en el curso 1942-43 lo hizo en la santificación de las fiestas. Pudo ofrecer entonces un círculo de estudios en el que fue presentado por el propio Fernando Martín-Sánchez, sobre los días festivos de precepto y las leyes sobre el trabajo. La lectura de su disertación, que al principio afirmaba responder al triple objetivo de “desarraigar el abuso del trabajo innecesario de los días de fiesta, lograr que se oiga misa los días festivos y santificar más perfectamente las fiestas”, constituye un recorrido sistemático sobre el origen histórico de la legislación del descanso, distinguiendo, no solo en lo semántico, el semanal del dominical, aportando reflexiones de sorprendente actualidad sobre la necesidad de realismo en torno a la pretendida autorregulación de la sociedad. Llama a la reflexión que al comentar legislación vigente en 1943 afirmase que “se ha perdido totalmente el respeto al día del Señor, y es preciso volver a formar la conciencia incluso de muchas personas que se ofenderían si se les negase el título de católicos…”. Fruto de esta preocupación por conciliar la santificación de las fiestas con la visión cristiana del trabajo y el derecho del trabajador al descanso, unos años más tarde, en 1951, publicaría Legislación sobre el descanso dominical, una obra significativa en su calidad de Inspector General de Trabajo y Secretario de la Junta Técnica Nacional de Acción Católica Española.
Desde el principio de su vida profesional, Martínez Pereiro mantuvo plena coherencia con su fe y apostolado. En 1938 había sido nombrado delegado provincial de Trabajo en Santander y al año siguiente lo sería en Tarragona. En 1940 obtuvo por oposición plaza como inspector general de Trabajo, comenzando una carrera que le llevaría a ser jefe de Inspección, jefe de la Sección de Transportes, Comercio y Minas del Servicio de Reglamentación de Trabajo hasta 1945. En 1945 alcanzó nueva categoría en el escalafón y en 1951, la de inspector general de segunda clase. Entre 1945 y 1947 fue Asesor técnico de Política Laboral y entre 1947 y 1960 intervino como jefe de la Sección Técnica de Política Laboral en intensas labores de estudio y redacción de Reglamentos de Trabajo en materias como banca privada, Banco de España, Cajas de Ahorro, empresas de seguros, comercio, Minas de Riotinto, Compañía Telefónica Nacional de España, RENFE y otras compañías de ferrocarril, IBERIA, enseñanza no estatal, industria resinera, personal civil no funcionario en establecimientos militares (por cuya tarea le fue concedida la medalla al mérito militar con distintivo blanco).
Entre 1960 y 1963 fue jefe del Cuerpo Nacional de la Inspección de Trabajo. Con motivo de su jubilación en este cuerpo profesional, en 1976 le sería concedida la medalla al mérito en el Trabajo, en su categoría de plata. Como destaca su hija, en su vida laboral “siempre estuvo al amparo de la Doctrina Social de la Iglesia. Desarrolló y expuso, en numerosas ocasiones, amplio pensamiento en torno a la cuestión social, subrayando que la libertad de empresa debía regirse con principios generales tomados de la Doctrina Pontificia, como la formación o el salario justo”. En años cincuenta, Manuel Martínez Pereiro fue profesor de Legislación laboral española en la Escuela Social Sacerdotal de Vitoria. Asistiría, como representante español, a reuniones internacionales: las II y III Reuniones Interamericanas de Cuestiones Sociales (La Habana, 1946 y Río de Janeiro, 1948, respectivamente), o los dos primeros congresos de Apostolado Seglar, celebrados en Roma en 1952 y 1957. En 1956 fue representante del ministerio de Trabajo en la reunión del Comité Intergubernamental de Migraciones Europeas (CIME), en Ginebra, y en 1960 asistió en Roma a la Asociación Internacional Social Cristiana.
Desde su llegada a Madrid residía en el barrio de Chamberí y fue presidente de la rama de hombres de Acción Católica en la parroquia de Santa Teresa y Santa Isabel. En otra de las parroquias de la zona, la de Nuestra Señora de los Ángeles, en la calle Bravo Murillo, participaría en un ciclo de siete conferencias que su centro de Acción Católica ofreció sobre el tercer mandamiento de la Iglesia. En 1944 fue nombrado secretario general de la Junta Técnica Nacional de Acción Católica, siéndolo hasta 1959.
Martínez Pereiro figuró entre el medio centenar de propagandistas que se desplazaron a Santander para asistir, en la iglesia de Santa Lucía, a la consagración episcopal de don Ángel Herrera Oria. Era el 30 de junio de 1947. El nuevo obispo de Málaga celebró para ellos una misa al día siguiente, a las ocho y media de la mañana, en la capilla del Patronato de la Sagrada Familia, a la que siguió un desayuno en su honor, con emotivos discursos que completaron aquellas jornadas imborrables.
El curso 1948-1949, Fernando Martín-Sánchez, como presidente de la Asociación, vio con claridad la conveniencia de hacerla presente en distintos foros internacionales, creando el secretariado de Relaciones Exteriores. A la manera del envío de los Evangelios, viajaron a distintos encuentros y congresos, de dos en dos, propagandistas que entonces o más tarde fueron alcanzando singular responsabilidad en tareas asociativas. Isidoro Martín y Francisco Guijarro estuvieron en la Semana Social en Italia. A las Conversaciones con católicos franceses fueron destinados Querejazu y Carlos Santamaría, que también se entrevistaron con el cardenal Suhard. A las reuniones del Centro de Espiritualidad y Cultura Cristiana L’Eau Vive (Sassy-sur-Seine, cerca de París) asistió Manuel Fraga. En un Congreso de Filósofos Cristianos franceses estuvo presente González Álvarez; a la Unión Internacional de Patronos Católicos, en Roma, asistió José Duato; al Congreso de los Católicos en Alemania fue Rodríguez de los Salmones; a una peregrinación a Japón con motivo del centenario de san Francisco Javier fueron Luis de Zulueta, Sánchez de Muniaín y Colomina. A la constitución de la Unión Internacional de Hombres de Acción Católica en Lourdes, Manuel Vigil. A Martínez Pereiro le correspondió, junto a Mariano Sebastián Herrador, entonces director del Centro de Estudios del Banco de España, acudir en calidad de delegados de la ACNdP a la Semana Social de Lille (Francia). Era agosto de 1949. No obstante, menos de dos años más tarde nuestro biografiado asistiría con Mariano Sebastián, en Roma, al Congreso de Institutos de Ciencias Sociales, en el que también estarían presentes Carlos de Inza Tudanca, José María Riaza Ballesteros y Fermín Zelada de Andrés Moreno. Aquellas presencias constituyen, por un lado, un auténtico sistema de representación asociativo internacional aun escasamente interpretado en la biografía del venerable Fernando Martín-Sánchez. Por otro lado, en lo que nos ocupa, el viaje a Lille atestigua la confianza del presidente en Martínez Pereiro.
Asistió y figura en la larguísima lista de personalidades invitadas a la inauguración, por parte del jefe del Estado, del Colegio Mayor Universitario de San Pablo, que tuvo lugar el 7 de marzo de 1951, y a la bendición del edificio por parte del obispo de Madrid-Alcalá, monseñor Eijo y Garay. Comenzaba una década de intensa actividad. Pereiro participó en la organización del XXXV Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Barcelona, a finales de mayo de 1952. Más de cien propagandistas asistieron a su multitudinario acto de clausura, una misa presidida por el legado papal, cardenal Tedeschini en la que concelebraron doscientos cincuenta obispos. El encuentro arrojaba otras cifras: se calcula la presencia esos días en la ciudad condal de más de doce mil sacerdotes, y fueron ordenados presbíteros el 31 de mayo 819 seminaristas procedentes de España, Argentina, China, Cuba, Francia, México, Perú y Portugal, en una ceremonia a la que asistieron cien mil fieles.
Participó también en los debates para la reforma del reglamento de la Asociación, que cristalizó en la nueva definición de socios numerarios activos. Solicitó el pase a la citada categoría de compromiso con la ACNdP el 25 de enero de 1955, aprobándolo el Consejo Local y elevándolo al Consejo Nacional el 30 de abril, que cuatro días más tarde lo ratificó. Había recibido la insignia en 1928, si bien quiso renovar su promesa en Madrid el 13 de enero de 1956.
En 1955 sería nombrado Vocal de honor de la Comisión pro V Centenario de San Vicente Ferrer, y en 1960 formó parte de la Misión Oficial que representó a España en las ceremonias de canonización del Beato Juan de Ribera.
La Ley 110/1963, de 20 de julio, creó el Tribunal de Defensa de la Competencia, compuesto por un Presidente y ocho Vocales. En su artículo octavo determinaba que debían ser nombradas «personas de prestigio nacional, reconocida ponderación e independencia de criterio que pertenezcan, en situación activa o pasiva, a las carreras judicial o fiscal o a cualquier otra del Estado, con categoría de Magistrado de término, Jefe Superior de la Administración o equivalente o Abogado con quince años de ejercicio profesional continuado como mínimo». Manuel Martínez Pereiro fue nombrado Vocal y se jubilaría, siendo Presidente del Tribunal, en 1981.
El 20 de diciembre de 1985, Martínez Pereiro se reunió con José María García Escudero, que preparaba un libro sobre el cardenal Herrera Oria. Ofreció recuerdos y reflexiones en los que, como resaltaría el biógrafo del siervo de Dios, sobresalía diligencia y bondad en su condición de hombre de Acción Católica. Décadas después, su testimonio contribuye a contemplar con objetividad los difíciles equilibrios entre periodismo y política en los años de la República, o los retos que suponía para el cristianismo en España navegar entre una espiritualidad sincera y su demostración pública, de forma coherente y consecuente, en los años cincuenta y sesenta. También mantuvo conversaciones con el postulador del proceso de canonización de Manuel Aparici, cuyo ideal peregrinante como estilo de vida siempre estuvo presente en la del propio Martínez Pereiro, que en sus últimos años de vida presidió el grupo de espiritualidad Peregrinos de la Iglesia.
Manuel Martínez Pereiro contrajo matrimonio con María Antonia Brell Mercadé el 25 de abril de 1935, falleciendo esta inesperadamente en Madrid, en 1936. El 28 de octubre de 1940 contrajo segundo matrimonio con quien había sido su cuñada, María del Carmen (23.VII.1917-20.VI.2011), en quien encontró siempre generosidad y entrega para sus actividades profesionales y de apostolado. El matrimonio, de gran devoción a Nuestra Señora, quiso añadir el nombre de María a sus ocho hijos: María Antonia, María Dolores, María del Carmen, Manuel María, José María, Vicente María, María del Pilar y Miguel María. A punto de cumplir noventa y cuatro años, María del Carmen Brell falleció en Madrid el 20 de junio de 2011.
A su hija María del Pilar Martínez Brell, socia activa de la ACdP, agradecemos muy sinceramente los datos proporcionados tanto por escrito como en grata conversación, que han hecho posible trazar el perfil biográfico de un admirable propagandista, cuyos rasgos humanos, profesionales y espirituales son ejemplo perenne de fe y compromiso cristiano.
Obras de ~: “Clasificación oficial, a efectos de trabajo, de los días festivos de precepto. Leyes y realidades sobre el trabajo en dichas fiestas”, ACNdP, 302 (1943), págs. 3-5; Legislación sobre descanso dominical ordenada y anotada por Manuel Martínez Pereiro Inspector General de Trabajo Vicesecretario de la J.T.N. Prólogo de Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo Primado, Madrid, Acción Católica Española, 1951;
Bibl.: GARCÍA ESCUDERO, José María: Conversaciones sobre Ángel Herrera, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1986, págs. 387-391;
Fuentes: Archivo General ACdP-CEU, Expediente Martínez Pereiro, Manuel, Expediente Martínez Pereiro, José; A.C. de P., Censo de Propagandistas, 1 de junio 1975, pág. 18; A. C. N. de P., 64 (5.XII.1928), pág. 4; 66 (5.I.1929), pág. 4; 73 (20.IV.1929), pág. 4; 75 (20.V.1929), pág. 3; 80 (20.XI.1929), pág. 3; 103 (5.I.1931), pág. 1; 106 (20.II.1931), pág. 1; A. C. de P., 169 (16.IV.1934), pág. 1; 185 (15.XII.1934), pág. 11; A.C.N. de P., 224 (1.I.1938); 251-252 (15.VI-1.VII.1940), págs. 6 y 7; 261 (15.I.1941), pág. 8; 305 (1.III.1943), pág. 5; 312 (15.VI.1943), pág. 5; 329 (15.IV.1944), pág. 9; 336 (1.IX.1944), pág. 3; 339 (1.XI.1944), pág. 5; 348 (15.III.1945), pág. 5; 356 (1.IX.1945), págs. 4 y 7; 373 (1.VI.1946), págs. 4, 6 y 8; 380 (15.XI.1946), pág. 3; 385 (1.II.1947), pág. 4; 394 (15.VI.1947), págs. 4 y 5; 395 (1.VII.1947), pág. 1; 425 (1948), pág. 5; 440 (1.VIII.1949), pág. 2; 442 (1.X.1949), pág. 5; 444 (1.XI.1949), pág. 8; 446 (1.XII.1949), pág. 27; 451 (15.II.1950), pág. 3; 462 (1.IX.1950), pág. 2; 474 (15-III.1951), pág. 5; 475 (1.IV.1951), pág. 8; 477 (1.V.1951), pág. 6; 484 (1.X.1951), pág. 12; 501 (15.VI.1952), pág. 9 y 10; 514 (15.II.1953), pág. 9; 545-546 (1954), pág. 5, Especial (1955), págs. 2 y 14; 614-615-616 (15.VII-15.VIII.1957) pág. 7; Especial (1958), págs. 24 y 40; 878 (1970), pág. 8; Ministerio de Trabajo. Orden de 24 de noviembre de 1950 (BOE 332, de 28 de noviembre, págs. 5525 a 5530), por la que se aprueba el Escalafón de Inspectores del Cuerpo Nacional de inspección de Trabajo y disponiendo su publicación en el Boletín Oficial del Estado; Ministerio de Trabajo. Orden de 30 de enero de 1951 (BOE 62, de 3 de marzo, págs. 945 a 946), por la que se ejecuta lo dispuesto en la ley de 9 de mayo último que modifica las plantillas de Inspectores del Cuerpo Nacional de Inspección de Trabajo; Ministerio de Trabajo. Decreto de 16 de marzo de 1951 (BOE 96, de 6 de abril, pág. 1519), por el que se nombran Inspectores generales de Trabajo de segunda clase; Ministerio de Trabajo. Orden de 8 de febrero de 1956 (BOE 42, de 11 de febrero, pág. 978), por la que se nombra Vocal representante del Ministerio de Trabajo en la Comisión interministerial para la reforma del Reglamento del personal civil dependiente de los organismos militares a don Manuel Martínez Pereiro; Ministerio de Trabajo. Orden de 30 de noviembre de 1960 (BOE 297, de 12 de diciembre, pág. 17052), por la que se designa al Inspector técnico general de primera clase del Cuerpo Nacional de Inspección de Trabajo, don Manuel Martínez Pereiro, Jefe del Servicio de Inspección Central de Trabajo; Ministerio de Trabajo. Orden de 13 de febrero de 1963 (BOE 46, de 22 de febrero, pág. 3021), por la que se dispone que don Manuel Martínez Pereiro cese en el cargo de Jefe de la Inspección Central de Trabajo; Ministerio de Comercio. Decreto 77/1964, de 9 de enero (BOE 22, de 25 de enero, pág. 1095), por el que se nombra Vocal del Tribunal de Defensa de la Competencia a don Manuel Martínez Pereiro; Ministerio de Trabajo. Orden de 16 de marzo de 1965 (BOE 74, de 27 de marzo, pág. 4578), por la que se declara a don Manuel Martínez Pereiro en la situación de supernumerario en el cargo de Inspector Técnico general de Trabajo de primera clase; Ministerio de Trabajo. Orden de 25 de junio de 1976 (BOE 229, de 23 de septiembre, pág. 18620), por la que se concede la medalla al mérito en el trabajo en su categoría de plata con ramas de roble a don Vicente Borregón Ribes y don Manuel Martínez Pereiro; Conversaciones del autor con doña Pilar Martínez Brell, hija de don Manuel Martínez Pereiro (2024).
Andrés MERINO THOMAS