MARTÍN ARTAJO ÁLVAREZ, Alberto. Madrid, 1905 – Madrid, 1979. Letrado del Consejo de Estado. Ministro de Asuntos Exteriores. Procurador en Cortes. Presidente de la Asociación.
Estudió el bachillerato con los jesuitas en el colegio de Chamartín, y se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid. Fue siempre uno de los más cercanos colaboradores de Ángel Herrera. Ingresó en Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado el 5 de abril de 1930, quedando separado del servicio por decreto de Manuel Azaña de 18 de agosto de 1936.
Fue nombrado Secretario General del Consejo de Estado por decreto de 29 de noviembre de 1940, y se reincorporó al cuerpo el 26 de febrero de 1957 tras haber cesado como ministro. Fue designado Presidente de Acción Católica en 1940, puesto que desempeñó hasta 1945.
Resultó nombrado Ministro de Asuntos Exteriores el 20 de julio de 1945, puesto que desempeñó hasta 1957, como principal elemento para la difícil reinserción de España en el nuevo orden mundial tras la derrota del Eje, con el visto bueno de la jerarquía de la Iglesia española. Una carta remitida el 5 de marzo de 1957 por el Primado, Pla y Deniel, ya finalizado su período ministerial, comentaba: “me pidió mi consejo para aceptar el ministerio, y sin la menor duda creí que debía aconsejarle la aceptación, que esperaba tendría que redundar en el bien común de la Patria y en bien igualmente de la Iglesia. Gracias al Señor, creo que los hechos han confirmado aquellas esperanzas”. Tras la resolución de 12 de diciembre de 1946 de las Naciones Unidas, que recomendaba la retirada de embajadores y ministros plenipotenciarios acreditados en Madrid, y ya pasada la fase aislamiento, Artajo consiguió paulatinamente la reincorporación de España al mundo occidental, aprovechando el ámbito de la guerra fría. Una escalada de ingresos a partir de incorporaciones a organismos intermedios concluyó con la entrada en las Naciones Unidas en 1956. En 1950 España ingresó en la FAO; en 1951 en la organización para la Aviación Civil; en 1952 en la UNESCO; en 1955 en la ONU, y en 1956 en la Organización Internacional del Trabajo. Pero dos hitos fundamentales fueron la firma del Concordato de 27 de agosto de 1953 y los acuerdos con los Estados Unidos de 26 de noviembre de ese mismo año. La cuarentena impuesta a España quedó liquidada con éxito.
Desempeñó Artajo su labor durante uno de los períodos ministeriales más dilatados de la época de Franco. Pero Artajo no se limitó a tener un relevante papel en las cuestiones exteriores. Fue absolutamente fundamental su papel en el fracaso del proyecto institucional presentado en 1956 por José Luis de Arrese, Secretario General del Movimiento, tal como éste mismo reconoce, movilizando a la jerarquía de la Iglesia contra una línea neototalizante.
Al cesar como ministro se reintegró al Consejo de Estado y pasó a ejercer el cargo de Consejero Delegado de Redacción de La Editorial Católica, como hombre de confianza de Ángel Herrera para la reforma de la editorial tras la crisis de los años anteriores, e igualmente entró en el Consejo Nacional de la ACN de P. En ella reafirmó la línea herreriana y consolidó la expansión del diario Ya. Siguió vinculado a entidades de carácter internacional promovidas por propagandistas, como el Centro Europeo de Documentación e Información, que mantuvo contactos con relevantes personalidades de la política conservadora y demócrata cristiana europea, en aval de su postura política: defensa del poder constituido pero dentro de una línea de apertura y de ampliación de las fórmulas representativas.
Fue elegido Presidente de la ACN de P en 1959, enfrentándose a una época de cambios en todos los órdenes, no sólo sociales y políticos sino derivados de la necesaria aplicación de las orientaciones del Concilio Vaticano II, y cuando empezaban a manifestarse serias posturas de distanciamiento de sectores de la Iglesia española en relación con el régimen político.
Con respecto a su línea política fue un lugar común atribuirle una tendencia democratacristiana, corriente que él parcialmente asumía dentro de su criterio de necesidad de mantener la lealtad al régimen constituido promoviendo su reforma. En 1959 ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. ¿Cuál fue realmente su postura política? Ante la pregunta “¿Es correcto hablar de que la mayoría de los católicos seglares se identifican políticamente con la democracia cristiana?”, en una entrevista efectuada el 20 de abril de 1960 por el director en España de Reuters, respondió: “Hay un sector, hoy bien representado en el Gobierno, que ningún parecido ni parentesco tiene con ella. Hay otro que, todos estos años, se ha quedado al margen de la colaboración, al cual le iría mejor ese calificativo de cristiano demócrata. Y existe un tercero, más o menos representado por los hombres de La Editorial Católica, el cual está en la línea de una colaboración, leal pero independiente, con el Régimen y que aspira a que el Estado sea cada vez más cristiano, esto es, cada vez más un estado de derecho, respetuoso de las libertades de la persona, de carácter representativo y popular y resueltamente social. Pero tal sector quiere conseguir todo esto mediante la lenta evolución del Régimen y no abriendo, de ninguna manera, un nuevo período constituyente”. Lo que es perfectamente explicativo de sus criterios. En resumidas cuentas se trataba de autentificar el sistema representativo por la vía de los posibles –y de hecho muy escasamente puestos en práctica- caminos abiertos por la Ley de Principios del Movimiento Nacional de 1958. Línea que por aquellas fechas era aún la predominante dentro de los hombres de la ACN de P vinculados a la política, aunque Artajo fuera personalmente respetuoso con la pertenencia a corrientes distintas de algunos socios relevantes. Porque lo cierto es que a finales de su mandato presidencial en 1965 ya había cundido el escepticismo dentro de la propia Asociación con respecto a la posibilidad real de aplicar unos cauces orgánicos que muy escasamente se materializaron como realidad política salvo en sectoriales y no demasiado significativas excepciones. Artajo mantuvo sus criterios, pero siempre fue máximamente respetuoso con quienes impulsaban alternativas ya en discordancia con el sistema político.
Ha de decirse que pese a su honrada lealtad, siempre fue visto desde las instancias más autoritarias del régimen político, e incluso por el propio Franco, con ciertas reticencias, en perfecto conocimiento de su postura independiente. Observación ésta perfectamente extensible al conjunto de la ACN de P. Artajo pasó a ser la evocación de toda una época de la política exterior de España, que desde posiciones de la máxima dificultad -incluso cercanas a una posible intervención exterior para derribar el régimen- logró una consolidación internacional por muchos inesperada poco tiempo antes. Queda para la historia como uno de los mejores ministros de Exteriores, e igualmente como un eficaz presidente de la ACN de P, que en sus días lograría la más alta cifra de socios y una relevante influencia. Por otro lado se asentó igualmente la senda de consolidación del Centro de Estudios Universitarios y de la Biblioteca de Autores Cristianos, que al final de su período presidencial, en 1965, había editado seis millones y medio de volúmenes. En 1969 fue nombrado por Pablo VI consultor de la Comisión Pontificia para las Comunicaciones Sociales. Fue igualmente procurador en todas las legislaturas de las Cortes desde 1943.
Fue Socio Numerario del Centro de Madrid desde 1930 y Consejero Nacional entre 1935 y 1941. Pasó a Socio Numerario Activo en 1955, siendo Vicepresidente de la Asociación entre 1957 y 1959.
FUENTES: Archivo de la ACdP. Gaceta de Madrid de 06/04/1930, pág. 138; de 05/04/1935, pág. 123; BOE de 30/03/1940, pág. 2151; de 30/03/1940, pág. 2151; de 06/12/1940, pág. 8372; de 24/02/1944, pág. 1636; de 21/07/1945, pág. 520; de 24/07/1945, pág. 598; de 28/07/1945, pág. 686; de 01/10/1945, pág. 2046; de 09/01/1949, pág. 123; de 26/02/1957, pág. 1236; de 26/02/1957, pág. 1233; de 03/03/1957, pág. 1362; de 18/10/1958, pág. 9097; de 06/08/1960, pág. 11060. Archivo Histórico de Diputados del Congreso. Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Archivo del Consejo de Estado.
BIBL.: FRANCO SALGADO-ARAUJO, Francisco. Mis conversaciones privadas con Franco. Planeta. Barcelona. 1976. TUSELL, Javier. Franco y los católicos. La política interior española entre 1945 y 1957. Alianza Editorial. Madrid. 1984. SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis. Francisco Franco y su tiempo. Fundación Nacional Francisco Franco. Azor. Madrid 1984. ÁLVAREZ DE MIRANDA, Fernando. Del contubernio al consenso. Planeta. Barcelona 1985. SILVA MUÑOZ, Federico. Memorias Políticas. Planeta. Barcelona. 1993. FERRARY, Álvaro. El franquismo. Minorías políticas y conflictos ideológicos 1936-1956. EUNSA. Pamplona. 1993. MARTÍN PUERTA, Antonio. Historia de la Asociación Católica de Propagandistas 1953-1965. CEU Publicaciones. Madrid. 2010.
OBRAS DE ~ : Doctrina social católica de León XIII y Pío XI, 1939; Reforma social, 1945; Doctrina política de los papas, 1939; Estado y sociedad de estados, 1960; La conciencia social de los españoles, 1961; Aspectos sociales de la unificación europea, 1971.
Antonio MARTÍN PUERTA