LUZÓN DOMINGO, Manuel María. Jaén, 5.I.1921 – Madrid, 15.VI.1973. Doctor en Derecho Fiscal. Teniente Fiscal en las Audiencias de Murcia y Albacete y Fiscal en la Audiencia de Madrid.
Hijo del médico granadino Diego Luzón Linde (1885-1952), especializado en Obstetricia y Ginecología en Madrid y establecido en Jaén en 1917, y María Dolores Domingo Rodríguez, vino al mundo en la capital jienense la víspera de Reyes de 1921. Su padre, de brillante trayectoria, sería presidente del Colegio Oficial de Médicos de Jaén y creador y primer director de la Maternidad provincial. Manuel Luzón Domingo estudió bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de su ciudad de nacimiento. Aunque su primera vocación fue la medicina cursaría Derecho en la Universidad de Granada para doctorarse en Madrid, en la Universidad Central. Hablaba francés e italiano. Fue teniente auditor en la Tesorería del Ministerio del Aire. Mientras preparaba dura oposición para ingreso en el Ministerio Fiscal, fue nombrado juez de primera instancia e instrucción, con destino en Alcaraz (Albacete). Entre quienes integrarían aquella promoción, de solo trece fiscales, figura otro insigne propagandista, Eleuterio González Zapatero (1916-1981). Su primer destino como Fiscal de entrada fue la Audiencia Provincial de Murcia (julio de 1945); en 1948 alcanzaría la categoría de Abogado Fiscal de ascenso, y en 1952, en la misma Audiencia Provincial, la de Teniente Fiscal. Más tarde lo sería en la de Albacete y ya en la de Madrid, sería nombrado Abogado Fiscal de entrada en 1962 y Fiscal de ascenso en 1965.
Admitido como socio inscrito del centro de Murcia de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas en marzo de 1946, pasó a aspirante el 23 de septiembre de 1947. Había solicitado su ingreso en noviembre de 1945, con 24 años. Antonio Reverte Moreno, secretario del centro, anotaba en el impreso de su petición: “Es un joven precoz, en el exacto y mejor sentido de la frase. Tres carreras brillantemente ganadas, juez, fiscal y teniente auditor de Aviación. Y desea la cuarta: la cátedra universitaria. Le vengo tratando y atendiendo especialmente y le considero excelentemente formado y orientado en el pensamiento católico”. Reverte informaba también que “por su juventud y su simpatía y preparación se le había encomendado la presidencia del apostolado universitario de la J. de A.C.”. Entre sus apostolados en la rama de jóvenes de Acción Católica, que llegó a presidir en Jaén, donde en 1949 creó su Escuela de Propaganda, figura también su participación en las Conferencias de san Vicente de Paúl, así como catequesis y evangelización en prisiones. Presidió entre 1945 y 1946 el Centro inter–parroquial universitario de Murcia, y fue vocal de propaganda del Consejo de hombres de Acción Católica de la misma región entre 1947 y 1950, siendo su vicepresidente el siguiente curso. En los dos primeros cursos de esta última responsabilidad apostólica dirigió Acción, periódico mensual del consejo diocesano.
En su solicitud de pase a socio numerario activo, conservada en el Archivo General ACdP-CEU, recuerda que en aquel curso académico 1954-1955 centraba su esfuerzo investigador “en la preparación de una obra jurídico-penal enfocada con sentido católico”, que fue aprobada en diciembre de aquel mismo año. Era en aquella época miembro de asociaciones católicas de padres de familia y como tal vocal diocesano. No extraña que en diciembre de ese mismo 1955 interviniese en el círculo de estudios del centro de Murcia bajo el título genérico “La familia”, abordando numerosas cuestiones abiertas sobre el tema. Recibió la insignia e hizo su promesa como propagandista en Murcia, el 27 de marzo de 1960. En diciembre de 1961 Leopoldo Arranz, entonces secretario general de la Asociación, le escribía confirmado que había recibido referencias sobre la posibilidad de que propagandistas como él, ahora era Teniente Fiscal en la Audiencia de Albacete, impulsaran la creación de un núcleo en esta ciudad, interesándose por la iniciativa. Junto a Jesús Riaño Goiri, propagandista primero en el centro de Madrid y luego en de Bilbao, que en 1961 era presidente de la Audiencia territorial de Albacete, y Gesualdo Domínguez Alcahud, un joven abogado procedente del centro de jóvenes del de Madrid, acogieron a cuatro candidatos a la Asociación e iniciaron sus reuniones y actividades.
Luzón, que había sido el cuarto de nueve hermanos, vio cómo su hijo mayor, Diego Manuel Luzón Peña (1949) siguió su carrera en el mundo del Derecho Penal dentro de la Universidad, en la que es catedrático ya emérito. Tuvo cuatro hijos más, Francisco Javier (1952), Ana María (1957), Mónica (1961) y Pablo (1963). A don Javier Luzón Peña, sacerdote, agradecemos muy sinceramente un testimonio que permite trazar el presente perfil: “Mi padre tuvo un inmenso sentido de la importancia del apostolado. Estaba muy formado, con criterios sólidos que pudo vivir y aportar a la ACNdP. Era muy recto, pero no rígido. Cercano, estaba siempre pendiente de nuestros estudios. Recuerdo que a mi hermano mayor le iba ayudando, cada verano, a preparar las asignaturas del curso siguiente, las de la carrera. Creo que le arrancó a Dios mi vocación. Hablaba siempre claro, directo. Me preguntó si yo quería ser cura a los trece años. Y cuando tenía diecisiete me confesó: “Yo siempre he querido tener un hijo sacerdote”. Me ordené en 1980. Él ya no lo vio, lo vio desde el Cielo”. Al preguntarle por la vida familiar, don Javier sonríe: “En casa teníamos una vida ordenada. Nunca vimos a mis padres discutir, que seguro que discutirían. Mi padre no hablaba mucho de su profesión, pero recuerdo bien que era muy lector; nos hizo a todos aficionarnos al teatro, a la cultura clásica, griega, romana. En casa no se veía un partido de fútbol en la televisión. Cambiaba al segundo canal, a ver qué cosas interesantes ponían”. Pronto los recuerdos se centran en una espiritualidad que “era muy eucarística. Tenía dos devociones muy presentes, que nos puso y llevamos todos los hermanos en nuestro nombre de pila desde el bautismo, somos del Sagrado Corazón y de la Santísima Trinidad”.
Al hablar sobre la época que a Manuel Luzón tocó vivir, su hijo centra la conversación en recordar las difíciles circunstancias de la posguerra. “La verdadera pasión de mi padre yo creo que en su juventud fue la medicina. Pero en los años 40 tuvo que buscar una salida profesional, y es cierto que encontró en el Derecho una alternativa que fue vocacional. Entre 1955 y 1960 fue encargado de la cátedra de Penal en Murcia, tras haberse Doctorado en 1950 con una tesis doctoral sobre Derecho romano y siendo ya teniente fiscal y penalista práctico y además muy estudioso del derecho penal teórico. Años después, me comentaron que su Tratado sobre la culpabilidad y de la culpa penal reúne una altura y complejidad que es difícil igualar”. Más bien reservado, su hijo Javier recuerda que Luzón no exteriorizaba especial orientación política: “no era ni monárquico, ni republicano, ni adepto a un régimen que tomaba decisiones que, eso sí lo sé, le hacían sufrir. No se implicó en la política”. A mediados de mayo de 1973, Luzón se sometía a una operación quirúrgica que una revisión posterior acreditó se había realizado en circunstancias de clara negligencia médica. Fallecía un mes después, a la temprana edad de 52 años.
Obras de ~: El Derecho privado militar de los romanos, (extracto de tesis doctoral homónima defendida en 1950 en la Universidad de Madrid), Murcia, Publicaciones Universidad de Murcia. Sucesores de Nogués, 1952; Tratado de la culpabilidad y de la culpa penal con especial referencia a los delitos de imprudencia, Barcelona, Edit. Hispano Europea, 1960, 2 vol; Derecho penal del Tribunal Supremo. Síntesis crítica de la moderna jurisprudencia criminal, Barcelona, Edit. Hispano Europea, 1964, 2 vol.; En la Revista de Derecho de la Circulación, Madrid, desde su creación en 1964 hasta 1973 fue responsable de la “Sección de Jurisprudencia Penal”, bimensual, con cientos de “Comentarios y Notas a Sentencias del Tribunal Supremo” (los últimos dos años con la colaboración de su hijo Diego Manuel, que se acababa de licenciarse en Derecho); “Nota bibliográfica: Martínez-Pereda, José Manuel: El delito de escándalo público. Editorial Tecnos, Madrid, 1970”, Revista general de legislación y jurisprudencia, 230 (1971), págs. 145-147;
Bibliografía: Martín Puerta, Antonio: Historia de la Asociación Católica de Propagandistas. IV. Las presidencias de Francisco Guijarro Arrizabalaga (1953-1959) y de Alberto Martín Artajo Álvarez (1959-1965), Madrid, CEU Ediciones, 2010, págs. 233 y 792; Cobo del Rosal Pérez, Gabriela Cristina: “El dolo como concreción histórica del principio de culpabilidad”, Anuario de la Facultad de Derecho. Universidad de Extremadura, 38 (2022), págs. 376, 377, 380, 384, 386 y 391;
Fuentes: Archivo General ACdP-CEU; A. C. N. de P., 680 (1960), pág. 10; 688 (1960), pág. 13; Ministerio de Justicia. Orden de 4 de agosto de 1945 (BOE 225, de 13 de agosto, págs. 1118 a 1119) por la que se nombran Jueces de Primera Instancia e Instrucción, de categoría de entrada, a los aspirantes a la Carrera Judicial que constituyen el Cuerpo de Aspirantes formado por Orden de 19 de julio último, con expresión del número de Orden en la escala del Cuerpo, turno correspondiente y Juzgado al que se les destina; Ministerio de Justicia. Orden de 8 de agosto de 1945 (BOE 230, de 18 de agosto, pág. 1225) por la que se nombran con carácter interino, Abogados Fiscales de entrada a los Aspirantes al Ministerio Fiscal que constituyen el Cuerpo de Aspirantes, formado por Orden 30 de junio último, con expresión del número de orden en la escala del Cuerpo y Audiencia a la que se les destina; Ministerio de Justicia. Orden de 31 de agosto de 1945 (BOE 251, de 8 de septiembre, pág. 1634), por la que se declara en situación de excedencia voluntaria a don Manuel Luzón Domingo, que es Juez de Primera Instancia de categoría de entrada; Ministerio de Justicia. Orden de 18 de junio de 1948 (BOE 193, de 11 de julio, pág. 3104), por la que se promueve a la plaza de Abogado Fiscal de ascenso a don Manuel Luzón Domingo, Abogado Fiscal de entrada; Ministerio de Justicia. Orden de 19 de enero de 1952 (BOE 25, de 25 de enero, pág. 356), por la que se nombra para la plaza de Teniente Fiscal de la Audiencia Provincial de Murcia a don Manuel Luzón Domingo, Abogado Fiscal de ascenso; Ministerio de Justicia. Orden de 13 de mayo de 1953 (BOE 159, de 8 de junio, pág. 3479), por la que se promueve a la plaza de Abogado Fiscal de término a don Manuel Luzón Domingo, Abogado Fiscal de ascenso, que sirve el cargo de Teniente Fiscal de la Audiencia Provincial de Murcia, donde continuará; Ministerio de Justicia. Decreto 644/1960, de 31 de marzo (BOE 87, de 11 de abril, pág. 4698), por el que se nombra para la plaza de Teniente Fiscal de la Audiencia Territorial de Albacete a don Manuel Luzón Domingo, Fiscal de entrada; Ministerio de Justicia. Decreto 3051/1962, de 15 de noviembre (BOE 285, de 28 de noviembre, pág. 16913), por el que sombra para la plaza de Abogado Fiscal de la Audiencia Territorial de Madrid a don Manuel Luzón Domingo, Fiscal de entrada; Ministerio de Justicia. Decreto 1302/1965, de 13 de mayo (BOE 128, de 29 de mayo, pág. 7724), por el que se promueve a la plaza de Fiscal de ascenso a don Manuel Luzón Domingo, Fiscal de entrada; Entrevista del autor a don Javier Luzón Peña, hijo del biografiado (Madrid, 26.X.2023).
Andrés MERINO THOMAS