DOMÍNGUEZ DÍAZ, Urbano. Béjar (Salamanca), 25.I.1900 – Madrid, 16.I.1985. Perito Industrial. Catedrático de Escuela Industrial. Secretario General del CEU. Consejero Nacional de Educación.
Técnico industrial mecánico y electricista, Urbano Domínguez fue el joven que más tempranamente concluyó sus estudios como perito en España. En enero de 1921 comenzó como profesor ayudante de dibujo en la Escuela Industrial de su localidad natal, en la que se había formado, alcanzando dos años más tarde la plaza como numerario de dibujo geométrico e industrial, siendo entre 1923 y 1930 secretario del mismo centro, en el que también impartió ampliación de matemáticas y geometría descriptiva. En 1936 accedió a la categoría de catedrático de dibujo técnico. Mantuvo siempre estrecha relación con las Escuelas de Trabajo de Béjar, redactando el primer proyecto de su denominada Carta fundacional, o un historial desde su fundación en 1852. También desde su juventud comenzó a escribir artículos técnicos, profesionales y literarios en publicaciones como la revista Trabajo (Tarrasa) o los diarios salmantinos Adelante y La Gaceta Regional. Durante cinco años sería redactor jefe del semanario Béjar en Madrid.
En 1930 solicitó traslado a las Escuelas Superior y Elemental de Trabajo de Córdoba, donde permaneció un lustro. En los primeros meses de 1936, en concurso de traslado, obtuvo plaza como auxiliar numerario de dibujo en la Escuela de Maestría Industrial de Madrid, donde fue titular numerario, catedrático y secretario del centro. Paralelamente, en mayo del mismo año, en oposición y turno libre, obtuvo la plaza de profesor auxiliar de dibujo lineal en la Escuela Central de Artes y Oficios, de la que fue jefe de estudios.
Durante la Guerra Civil fue retenido en checas y sufrió el paso por celdas de castigo. Objeto de purga política y destituido como profesor por el gobierno de la República el 14 de febrero de 1938, se publicó su cese en la Gaceta de la República el 24 del mismo mes. Restituido en su puesto tras el fin de la contienda, alcanzaría por concurso de méritos la cátedra de dibujo técnico, siendo a partir de 1940 secretario de la Escuela de Maestría Industrial. En marzo de 1941 fue designado vocal y secretario de la Junta Central de Formación profesional, organismo asesor del Ministerio de Educación Nacional en temas de enseñanza profesional, obrera y artesana. Fue también vocal primero del Consejo Superior de Colegios de Peritos Industriales, y ese mismo año obtenía la cátedra de dibujo industrial en la Escuela de Peritos industriales de Gijón.
En 1945, el Boletín A. C. N. de P. informaba que había logrado el primer puesto en la oposición a profesor auxiliar numerario del grupo de Economía política, Legislación y Contabilidad Industrial en la Escuela de Peritos industriales de Alcoy; por otro lado, participaba como vocal en la Comisión Organizadora de la Exposición Nacional de trabajos realizados en las Escuelas de Artes y Oficios Artísticos y Elementales, que el jefe del Estado inauguraba el 2 de octubre. Pocas semanas más tarde, se celebraba la primera Asamblea del Profesorado de Enseñanza Profesional y Técnica, en cuya comisión preparadora también había participado y para la que elaboró una ponencia sobre las Escuelas de Peritos Industriales.
Urbano Domínguez no dejaba de asumir responsabilidades profesionales en el área educativa. En enero de 1947 era nombrado vocal del Consejo de Administración de la Mutualidad de Auxilio y Previsión del profesorado y funcionarios dependientes de la Dirección General de Enseñanza Profesional y Técnica, que se había creado por una orden ministerial el diciembre anterior. La designación incluía la responsabilidad de ser tesorero de la mutualidad. Al comenzar 1952, era también nombrado delegado del Ministerio de Educación Nacional en el Círculo de Estudio de Trabajo –C.E.T.A.– de la Asociación Benéfica Docente de las Hermandades Católicas y Profesionales de Madrid. Sin olvidar sus orígenes vitales y profesionales acudía poco más tarde a la Escuela de Peritos Industriales de Béjar, al cumplirse el centenario de su fundación, para participar en los actos conmemorativos pronunciando una emotiva conferencia, en la que recordó sus tiempos como secretario.
Perteneciente desde 1927 a la sección de la Adoración Nocturna en Béjar, había sido su secretario durante tres años. Curiosamente, aparece por primera vez en un boletín de la Asociación con su apellido mal consignado, Urbano “Rodríguez”, como uno de los invitados a un retiro al que en principio iba a asistir el siervo de Dios don Ángel Herrera Oria, que finalmente no pudo estar presente aquel domingo 13 de julio de 1930. Frecuentó círculos de estudios, que en Béjar se celebraban entonces en el domicilio del secretario del centro. En el curso 1934-1935 estudiaron apologética, o las características de la Iglesia como sociedad perfecta en sus propiedades y características esenciales y salvíficas. Solicitó su admisión la ACNdP de Córdoba, donde residía, en noviembre de 1935, siendo considerado, junto a Rafael Flores Micheo, Juan Font y otros miembros de Acción Católica, fundador del núcleo de la Asociación en dicha ciudad, que daría origen al centro. Al pedir su ingreso seguía perteneciendo a Adoración Nocturna y colaboraba con distintos apostolados obreros y de educación. Una de sus labores más sobresalientes había sido el asociacionismo familiar. Precisamente en junio y los primeros días de julio de 1936, junto a Torre de Rodas, se ocupaba de la organización de la VI Asamblea de las Asociaciones Católicas de Padres de Familia, cuya celebración estaba prevista en Pamplona. Colaboraba en Hogar, la revista de la Confederación Católica de Padres de Familia. El mismo 5 de julio, en un editorial que él mismo había redactado, se combatían con firmeza las conclusiones laicistas del III Congreso de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza.
Lo cierto es que, tras pasar la guerra en Madrid con las penalidades que hemos referido, en enero de 1940 el boletín daba cuenta de nuevo de su participación en los círculos de estudio en la capital, o su presencia en el histórico acto de bendición de la placa que recogía el nombre de los mártires propagandistas en la Casa de San Pablo, que fue bendecida por monseñor Cicognani, nuncio de Su Santidad. En octubre de ese mismo año pasó a ser socio numerario activo, recibiendo la insignia de manos del mismo nuncio dos meses más tarde, el 8 de diciembre.
En marzo de 1948, Urbano Domínguez impartía un círculo de estudio que publicó A.C.N. de P. en sus números del 1 y 15 de abril. Su texto es quizá símbolo y resumen de la cohesión de su formación profesional y cristiana, pues expuso con el título “El aprendizaje obrero y su formación” todo un compendio de nociones básicas sobre ciencia y derecho del trabajo. Ante los Propagandistas del centro de Madrid, precisó la ciencia de lo laboral hacia la búsqueda del máximo y mejor rendimiento a través del mínimo esfuerzo, vinculándolo necesariamente al gusto por el desempeño de la labor realizada. Subrayó la necesidad de orientación laboral, que distinguiese aptitud para la profesión de actitud ante el trabajo, deteniéndose en consideraciones sobre una aptitud que puede ser reforzada con la experiencia. Domínguez destacó que era imprescindible no confundir vocación profesional con habilidades técnicas. Se extendió en explicar la importancia de la tarea de orientación que realizaban los institutos de orientación y selección profesional, que en Madrid y Barcelona ya habían sido declarados oficiales por un Real Decreto de 24 de marzo de 1927, que hizo dependientes de ellos todas las oficinas creadas con posterioridad. Y con una visión muy actual, avanzó el derecho a la confidencialidad de los datos médicos, tantos físicos como psicológicos, que se recogían y tramitaban en dichas oficinas. Su disertación fue, sin haber concluido la década de 1940, una moderna y decidida defensa de la formación para el trabajo desde la combinación de principios de ciencias como la psicología, la pedagogía, la fisiología, la sociología, otorgando a la estadística un carácter útil, pero auxiliar, con un llamamiento a la importancia de principios de higiene y equilibrio personal, y reclamando atención hacia lo que denominó meras aptitudes y vocaciones aparentes.
Urbano Domínguez renovaría su promesa como propagandista el 19 de julio de 1959, coincidiendo con la XLVI Asamblea General, celebrada en La Granja de San Ildefonso (Segovia), y en la L, celebrada en 1963 en el Colegio Mayor de San Pablo. Perteneció a la sección de San Pablo. Veinte años antes, el 1 de julio de 1939, había sido nombrado secretario general del CEU. Aunque en una biografía inicial se afirmó que lo era desde 1936, sus propias referencias biográficas, que redactó en varias ocasiones y se conservan en el Archivo General ACdP-CEU, refieren que lo fue entre 1939 y 1955.
Urbano Domínguez gozó de la cercana confianza de Fernando Martín-Sánchez Juliá, que le encomendó no pocos encargos y cometidos. En marzo de 1951 hubo de precisar con Hacienda los límites sus poderes notariales como presidente del Consejo Rector del CEU, cuya redacción había ofrecido algunas dificultades, tal y como revela correspondencia conservada hoy en el Archivo General ACdP-CEU. También le pidió, dos meses después -siempre siguiendo documentación del mismo archivo- que se informase sobre el proyecto de las obras de adaptación del edificio de la Real Fábrica de Tabacos, en Sevilla, como sede universitaria, al que optaba el arquitecto Antonio Illanes del Río, hermano del propagandista Antonio Illanes. Nuestra interpretación es, lógicamente, que el seguimiento de la iniciativa de puesta en marcha de tan importante sede académica en la ciudad hispalense, es simbólico antecedente, siete décadas anterior, a la reciente creación en Sevilla, por parte de la Asociación Católica de Propagandistas, de la Universidad CEU Fernando III. Domínguez sería también vocal del Consejo Nacional de Educación, siendo en dicho alto cuerpo consultivo secretario de la sección segunda, dedicada a Enseñanzas Técnicas.
Una de sus cinco hijos, Práxedes contrajo matrimonio en 1955 con Eleuterio González Zapatero, también propagandista, que fuera más tarde director general de Bellas Artes y fiscal general del Reino, así como durante cuatro décadas profesor de Derecho penal del CEU. A Antonio González-Zapatero y Domínguez, hijo de éste y nieto de don Urbano, con extraordinaria memoria y heredero del afecto de su familia hacia la ACdP, agradecemos conversaciones y recuerdos que han permitido redactar lo más relevante del presente perfil.
Obras de ~:
“El aprendizaje obrero y su organización”, A.C.N. de P., 410 (1.IV.1948), págs. 1-5; “El aprendizaje obrero y sus problemas”, A.C.N. de P., 411 (15.IV.1948), págs. 3-7.
Bibliografía:
Cervera Jiménez-Alfaro, Francisco: Ángel Ayala, Madrid, Asociación Católica de Propagandistas, 1975, pág. 329; Barreiro Gordillo, Cristina: Historia de la Asociación Católica de Propagandistas. III. La presidencia de Fernando Martín-Sánchez Juliá (1935-1953), Madrid, CEU Ediciones, 2010, págs. 145, 149, 196 y 243; Martín Puerta, Antonio: Historia de la Asociación Católica de Propagandistas. IV. Las presidencias de Francisco Guijarro Arrizabalaga (1953-1959) y de Alberto Martín Artajo Álvarez (1959-1965), Madrid, CEU Ediciones, 2010, págs. 360 y 746.
Fuentes:
Archivo General ACdP-CEU; ACNdP, 96 (15.VIII.1930), pág. 2; A. C. de P., 172 (1.VI.1934), 5; 214 (1.III.1936), pág. 8; 216 (1.IV.1936),pág. 4; 217 (15.IV.1936), pág. 4; 220 (1.VI.1936), pág. 4; 221 (15.VI.1936), pág. 4; ACNdP, 241 (15.I.1940), pág. 9; 251-252 (15.VI-1.VII.1940), pág. 5; 256 (1.XI.1940), pág. 3; 259 (15.XII.1940), pág. 3; 264 (1.III.1941), pág. 8; 269 (15.V.1941), pág. 10; 288 (15.IV.1942), pág. 6; 295 (1.IX.1942), págs. 5 y 8; 297 (1.XI.1942), pág. 7; 301 (1.I.1943), pág. 9; 315 (1.IX.1943), pág. 9; 336 (1.IX.1944), pág. 5; 350 (15.IV.1945), pág 2; 356 (1.IX.1945), pág. 6; 359 (1.XI.1945), pág. 6; 383 (1.I.1947), pág. 8; 385 (1.II.1947), pág. 7; 400 (1.XI.1947), págs. 1 y 2; 422 (1.XI.1948), pág. 5; 466 (15.XI.1959), pág. 4; 490 (1.I.1952), pág. 10; 493 (15.II.1952), pág. 8; 498 (1.V.1952), pág. 8; 526 (1.IX.1953), pág. 16; 570-571 (1-15.IX.1955), pág. 6; 663-664 (1-15.VIII-1959), págs. 11 y 12; 760 (1.X.1963), pág. 6; Orden del Ministerio de Educación Nacional de 12 de marzo, BOE 86/1962, de 10 de abril, pág. 4805; Orden del Ministerio de la Vivienda de 6 de julio, BOE 187/1964, de 5 de agosto, pág. 10268; Resolución de la Dirección General de Enseñanza Laboral de 26 de agosto, BOE 217/1965, de 10 de septiembre, pág. 12397;
Conversaciones del autor con don Antonio González-Zapatero y Domínguez, nieto del biografiado (2022-2023).
Andrés MERINO THOMAS