10 de diciembre. CASAS EN RUINAS Y PALACIOS ANTIGUOS

A lo largo de Tierra Santa hay Palacios que recuerdan el poder en la tierra y ruinas que recuerdan lo efímero del mismo y nos dicen que son los tesoros del cielo los que hay que acumular y es la humildad en la tierra lo que hay que fomentar. Una vez más y como siempre, lo espiritual prevalece frente a lo material.

Testigo de lo efímero de las cosas, es especialmente la ciudad de Jericó, una de las ciudades que recorrió la Sagrada Familia en su trayecto hacia Belén, y también la ciudad habitada más antigua y más baja del planeta, datando del año 10.000 a.C. y situada a 260 m bajo el nivel del mar.

Lo más antiguo y lo más humilde no habla de lo efímero de las cosas materiales y resalta lo relevante y atemporal de lo espiritual. Pues no se recuerda a la ciudad de Jericó por sus palacios o riquezas, sino porque nuestro Señor Jesús por allí pasó.