OTERO DE NAVASCUÉS ENRÍQUEZ DE LA SOTA, José María. IX Marqués de Hermosilla. Madrid, 16.III.1907 – 9.III.1983. Presidente de la Conferencia General del O.I.E.A., Presidente del Comité Internacional de Pesas y Medidas, Presidente de la Junta de Energía Nuclear, Procurador en Cortes, Académico de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y Contralmirante Ingeniero Honorario de la Armada.
Tercero de cuatro hermanos, Otero cursó sus primeros estudios en el Colegio de 1ª y 2ª Enseñanza de San Miguel (Madrid), terminando en 1922 con un excelente expediente. Ese año decidió seguir la tradición militar de su familia. Ingresó en diciembre, con el número uno en los exámenes de acceso, en la Academia de Artillería de la Armada de San Fernando (Cádiz), para realizar los estudios de ingeniero de Artillería. En los cinco cursos de formación obtuvo el número uno de su promoción. Allí tuvo la oportunidad de participar, a bordo del acorazado Alfonso XIII, en los preparativos del desembarco de Alhucemas para acabar con la resistencia de Abd-el-Krim. Preparado el desembarco para septiembre de 1925, en agosto se llevaron a cabo bombardeos en la bahía de Alhucemas, en los que Otero tomó parte en la torre 1ª y cofa de proa del citado navío.
En diciembre de 1927 concluyó su formación en la Academia tras haber presentado un proyecto fin de carrera sobre una «instalación siderúrgica para utilizar la hematites deldevónica leonesa asturiana junto los carbones de la zona». El tema del trabajo respondía a su interés por el estudio de los metales. Con el empleo de teniente de Artillería de la Armada, sus primeros destinos en los años 1928 y 1929 fueron la Inspección de Reinosa, el Taller de Precisión de Artillería (Madrid), la Inspección de Oviedo con sede en Trubia, el Arsenal de Cartagena y el Ministerio de Marina como agregado a la Sección de Artillería. Desde octubre de 1929 a junio de 1933, coincidiendo con su ascenso al empleo de capitán de Artillería, Otero fue comisionado a diversos laboratorios ópticos europeos (Zurich, Jena o Berlín) para estudiar materias de aplicación a la Marina. Fue éste un viaje trascendental para su futuro quehacer profesional, pues los contactos que mantuvo con eminentes ópticos europeos, y el bagaje científico adquirido, le hicieron cambiar radicalmente su especialización ya partir de entonces se dedicó a la Óptica.
Otero decidió ya de regreso a España ingresar en Acción Católica Española, iniciando así una vida de apostolado que nunca abandonó. Entre 1933 y 1936 estuvo destinado en los Servicios Técnico-Industriales de Artillería del Ministerio de Marina. El inicio de la guerra civil le sorprendió en Cartagena, donde estaba en comisión de servicios. Partidario del Alzamiento, logró escapar de la represión republicana, refugiándose en octubre de 1936 en la embajada de Noruega en Madrid junto con su familia. Durante su estancia en la legación noruega hasta abril de 1939, conoció a María Teresa Domínguez Aguado, con la que contrajo matrimonio el 5 de agosto de 1939 en Santiago de Compostela. Tuvieron catorce hijos.
Tras ocupar diversos destinos en el Ministerio de Marina después de la Guerra Civil, Otero se hizo responsable de la Sección de Óptica del Instituto de Física Alonso de Santa Cruz, perteneciente al CSIC. Se especializó en 1940 y 1941 en el estudio del ojo en condiciones de baja luminosidad, descubriendo el fenómeno de la miopía nocturna. Sus investigaciones tuvieron amplio eco y aplicación en círculos científicos y, sobre todo, militares. En 1944 pasó a trabajar en un taller de recuperación y reparación de equipos de óptica y tiro en Chamartín (Madrid). Otero impulsó la investigación en este centro, lo que dio lugar a la creación del Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada, del que fue nombrado subdirector en 1944 y director en 1948.
En la posguerra Otero tuvo tiempo para la investigación y para hacer efectivo su compromiso personal con la Iglesia. Participó muy activamente en diversos movimientos de apostolado desde la base y en puestos de relevancia. En 1946 fue nombrado vicepresidente del Consejo Superior de Hombres de Acción Católica Española, participó en el Congreso de Pax Romana celebrado en Londres y fundó, junto a Joaquín Ruiz-Giménez, la Obra Católica de Asistencia Universitaria para acoger a estudiantes católicos perseguidos por las autoridades de los países comunistas del Este de Europa. En 1954 fue elegido presidente de la Federación Internacional de Hombres Católicos-Unum Omnes. Otero fue Procurador en Cortes de 1952 a 1958. No fue ésta, sin embargo, su actividad principal, pues se dedicó al desarrollo e investigación con fines pacíficos de la energía nuclear en España, carrera en la que estaban inmersas muchas naciones al amparo del OIEA. En España en 1948 se celebraron las primeras reuniones con este objetivo, en las que participó Otero. Se creó la sociedad “Estudios y Patentes de Aleaciones Especiales”, de carácter privado, pero con la cobertura de un decreto gubernativo reservado. Esta sociedad dio paso en 1948 a la Junta de Investigaciones Atómicas, presidida por Otero, y definitivamente, en 1951, a la Junta de Energía Nuclear (JEN). Fueron precisamente sus tres primeros directores: Vigón, Hernández Vidal y Otero, los padres fundadores de la energía nuclear en España; especialmente Otero, quien desde 1958 y hasta 1974 presidió la JEN. A él se debe el inicio de la investigación científica en este campo, la firma de convenios de colaboración nuclear con EEUU e Italia, entre otros países, y la construcción, con ayuda de la iniciativa privada, de las centrales nucleares españolas; la primera de ellas, Zorita de los Canes, entró en funcionamiento en 1968. En 1971, en reconocimiento a su labor, Otero fue elegido presidente de la Conferencia General del Organismo Internacional de la Energía Atómica.
El 13 de enero de 1962 Otero fue admitido como socio inscrito activo en el Centro de Madrid de la ACdP. Pasó a la condición de numerario activo el 25 de junio de 1966, imponiéndosele la insignia el 17 de septiembre de 1967 en La Granja.
Su prestigio como científico le ayudó a entrar también en el Comité Internacional de Pesas y Medidas, del que fue su Presidente desde 1968 a 1975. Durante su mandato se trabajó en la definición del segundo como unidad de tiempo y también en la nueva definición del metro, dando un fuerte impulso a la ciencia de la Metrología en España. Los últimos años de su vida, aquejado de algunos problemas de salud, Otero estuvo dedicado a su familia y amigos. Falleció el 9 de marzo de 1983, a los setenta y cinco años de edad, en el Hospital del Aire de Madrid.
Los méritos contraídos por Otero fueron recompensados en vida del mismo. Recibió múltiples condecoraciones militares: la Medalla del Homenaje, tres Cruces al Mérito Naval y la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Sus logros en el ámbito científico fueron asimismo premiados con Doctorados Honoris Causa por las Universidades de Valencia, Rouen (Francia) y Lovaina (Bélgica), y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. Otras naciones también le galardonaron: Francia le nombró Oficial de la Legión de Honor, Alemania le concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito y Argentina le nombró Gran Oficial de la Orden del Libertador San Martín. Por último, la Santa Sede premió su compromiso católico con la Gran Cruz de San Silvestre y le nombró Comendador con Placa de la Orden de San Gregorio Magno.
Carlos PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO
OBRAS DE ~: con ARMANDO DURÁN MIRANDA, “Rendimiento fotométrico de sistemas ópticos a bajas luminosidades”, Anales de la Sociedad Española de Física y Química, t. 37 (1941), págs. 459-477; con ARMANDO DURÁN MIRANDA, “Continuación del estudio de la miopía nocturna (Notas II y III)”, Anales de Física y Química , t. 38 (1942), págs. 236-248; con ARMANDO DURÁN MIRANDA, “Influencia del efecto de Purkinje combinado con la aberración cromática del ojo, en la miopía nocturna”, Anales de Física y Química, t. 39 (1943), págs. 567-578; “Contestación a una Nota de J. Palacios sobre la causa de la miopía nocturna”, Anales de la Real Sociedad Española de Física y Química, nº 44 A (1948), págs. 674-677; “Sobre las causas de las ametropías naturales de la visión nocturna”, Publicaciones de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid con motivo de su Centenario , Madrid, 1949; con M. AGUILAR, “La acomodación en la miopía nocturna”, Anales de la Real Sociedad Española de Física y Química, t. 49 (1953), págs. 127-129; “La razón de nuestra obra”, Cristianitas. Boletín de Información de la OCAU, núm. 14 (1957); “Las centrales nucleares a plena escala actualmente en construcción y sus perspectivas económicas”, Energía Nuclear, núm. 7 (1958), págs. 34-59; “Panorama y problemática de la investigación científica en España”, Arbor, núm. 145 (1958), págs. 1-14; “La Junta de Energía Nuclear en 1960”, DYNA. Revista de la Asociación Nacional de Ingenieros Industriales de España, (1960), págs. 3-22; “La investigación, esa gran desconocida”, Diario YA, 12-5-1963; “Tendencias actuales de la investigación”, Diario YA, 17-5-1963; “Problemas estructurales de la investigación”, Diario YA, 19-5-1963; “La ciencia, la investigación y la técnica ante el desarrollo económico y el progreso social”, Anales de Moral Social y Económica, vol. 5 (1964), págs. 9-34; “Cualidades humanas desarrolladas en el ejercicio de la Investigación científica”, Arbor , t. LXVI, núms. 253-256 (1967), págs. 27-35; y otras.
BIBL .: OBRA CATÓLICA DE ASISTENCIA UNIVERSITARIA, Memoria de la OCAU. Obra Católica de Asistencia Universitaria , Madrid, 1946-1955; A. ORTE LLEDÓ, “José Mª Otero en la Armada y en Metrología internacional”, Homenaje al Excmo. Sr. D. José Mª Otero de Navascués , Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1983, págs. 9-15; A. DUR ÁN MIRANDA, “Contribución de José María Otero a la Óptica”, Homenaje al Excmo. Sr. D. José Mª Otero Navascués , Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, 1983, págs. 17-23; C. SÁNCHEZ DEL RÍO Y SIERRA, “José María Otero y la Energía Nuclear”, Homenaje al Excmo. Sr. D. José Mª Otero Navascués , Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, 1983, págs. 25-29; L. PLAZA MONTERO, “El Instituto de Óptica de Madrid de 1946 a 1983, obra predilecta del Profesor Otero Navascués”, Óptica Pura y Aplicada , vol. 17 (1984), págs. 31-42; L. VILLENA, “José María Otero Navascués (1907-1983)”, Óptica Pura y Aplicada , vol. 17 (1984), págs. 1-12; J. R. DE ANDRÉS MARTÍN, “El compromiso católico de José María Otero de Navascués Enríquez de la Sota”, Pregón. Siglo XXI , núm. 18 (2001), págs. 59-63; J. R. DE ANDRÉS MARTÍN, José María Otero de Navascués Enríquez de la Sota, Marqués de Hermosilla. La baza nuclear y científica del mundo hispánico durante la Guerra Fría , México, Plaza y Valdés, 2005.