MARTÍN-SÁNCHEZ JULIÁ, Fernando. Madrid, 20.XII.1899 – Santander, 29.VII.1970. Ingeniero agrónomo y Presidente de la ACNdeP entre 1935 y 1953.
Hijo del Diputado Conservador y militar Francisco Martín-Sánchez, cursó sus primeros estudios en el Colegio de la Cruz de Madrid. Ingresó después en la Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos y al terminar la carrera, en el Cuerpo Nacional de Ingenieros Geógrafos. Congregante de San Estanislao de Kotska, desde muy joven participó en mítines sociales/populares en Madrid y el 19 de octubre de 1919 firmó su solicitud de admisión en la ACNdeP que presidía Ángel Herrera (recibirá la insignia el 11 de mayo de 1924 junto a Francisco y Rafael de Luís y Díaz, Luis Zulueta, Marcelino Oreja, José María Valiente, José María Gil Robles, Fernando de Urquijo y Federico Salmón).
Fundador, en 1920 de la Confederación Nacional de Estudiantes Católicos (CNEC) destacó por su firme apoyo a los actos más sobresalientes de esta Asociación, como la concesión del día de Santo Tomás de Aquino como fiesta del estudiante. Fue uno de los artífices de la creación de la organización internacional de estudiantes “Pax Romana”, constituida el 17 de julio de 1921 en Friburgo y de la que fue nombrado Vicepresidente. Durante sus años de formación académica, viajó pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios por diferentes países europeos como alumno del Instituto Internacional de Agricultura en Roma y la Universidad Católica de Milán además de disfrutar de otras breves estancias en Alemania, Checoslovaquia, Polonia y Rumanía. En este periodo, se le ofreció la presidencia de la Juventud de Acción Católica, invitación que se vio obligado a rechazar por residir en el extranjero. A su regreso a España en 1925 comenzó a trabajar como Secretario de las brigadas topográfico-catastrales del Servicio Nacional de Crédito Agrícola y fue nombrado Consejero de Redacción de El Debate y director de la “Página Agrícola” de este diario. En este año fue elegido además Presidente Honorario de la CNEC y de su Consejo Asesor. En junio de 1928 se le de signó Vocal del Consejo Directivo de la Confederación Nacional Católico Agraria y cuatro meses después, empezó a impartir clases en la Escuela de Periodismo de El Debate.
Por estas fechas y cuando apenas había cumplido los treinta años, comenzó a padecer los síntomas de la esclerosis en placas que sufría desde su nacimiento y que fue limitando progresivamente su movilidad. La enfermedad hizo que tuviera que pasar temporadas en diferentes casas de salud y que cada mes de agosto, se desplazar al balneario de la Isla de la Toja (Pontevedra) bajo recomendación terapéutica. Pero sus padecimientos físicos no fueron obstáculo en su firme trabajo apostólico. Con la proclamación de la Segunda República, pidió la excedencia de los cargos estatales que desempeñaba en el Cuerpo Nacional de Ingenieros Geógrafos y centró su labor en todas las obras relacionadas con los propagandistas: Director de Propaganda hasta que el 1 de abril de 1933 fue nombrado Secretario General de la Asociación; entre mayo de 1933 y 1936 fue Director del Boletín de la ACNdeP, en febrero de 1934 se le designó Director de la Escuela de Periodismo de El Debate, además de profesor de los cursos del Colegio Cántabro y de la Cátedra Superior de Política Agraria del CEU.
Trabajó como firme colaborador de Ángel Herrera, participó en la mayoría de los actos públicos y campañas organizadas por la Asociación, impulsó el Instituto Social Obrero, el Centro de San Pablo de Madrid, el Círculo de Estudios Agrarios y se tiene constancia de sus viajes por Alemania, Francia y Bélgica con la finalidad de acercar posiciones con el resto de las instituciones sociales europeas de carácter católico. El 8 de septiembre de 1935, en la XXII Asamblea General celebrada en Santander, resultó elegido Presidente de la ACNdeP de entre una terna en la que figuraban además José Ignacio de Isusi y Alberto Martín Artajo (con anterioridad Ángel Herrera había anunciado su intención de trasladarse a Friburgo para cursar en la Facultad de Teología los estudios eclesiásticos).
Dedicó los siguientes años de su vida al desarrollo de la ACdP siguiendo las indicaciones fundacionales del padre Ayala de desarrollar una obra religiosa de carácter apostólico que mostrase siempre su adhesión a la Iglesia, a la Jerarquía y al Papa. En julio de 1936 se encontraba en Santander para impartir los Cursos de Verano. Permaneció en la capital cántabra hasta agosto. Luego marchó a Bilbao, donde residió hasta finales de septiembre, fecha en la que se trasladó a Neguri a casa de su compañero propagandista Luis Vilallonga. Allí se refugió hasta el 30 de diciembre, día en el que embarcó en un navío inglés para pasar a Francia con rumbo a San Sebastián. El Gobierno de Burgos le nombró Consejero de la Junta Técnica del Estado, y en 1938 Secretario Técnico del Instituto Geográfico y Catastral dependiente de la Presidencia del Gobierno, para más adelante y ya en Madrid, ser nombrado Jefe de los Servicios del Instituto Geográfico.
En adelante Martín-Sánchez se centró en la complicada tarea de mantener la actividad de una ACNdP minada por las bajas y el saqueo de los Centros. Reelegido consecutivamente en las Asambleas de 1941 y en la de 1947, durante su mandato hizo frente a muchos de los problemas estructurales que atravesaba una Asociación excesivamente Presidencialista como era la ACNdP. Se mostró partidario de la línea política corporativista de “democracia orgánica” impuesta por Franco y lideró el llamado sector inmovilista de la Asociación. Defensor del “estado católico” se incorporó abiertamente al Régimen, en una posición que le acarreó discrepancias con muchos otros propagandistas.
Durante los cerca de dieciocho años en los que estuvo al frente de la Asociación, trató de intensificar la vida espiritual de los propagandistas aunque sin descuidar la “acción” y la reforma social e hizo fuertes llamamientos a la participación de los elementos juveniles -“Elección respecto a los que vengan y selección respecto a los que estamos” fue una de sus consignas-. Durante su mandato, consiguió reorganizar la estructura de la Asociación, potenció el papel de los Secretarios, instituyó las Asambleas Regionales, comenzó el proyecto de reforma de los Estatutos que se aprobará al poco de comenzar el mandato siguiente e impulsó la participación de los propagandistas en las diferentes Ramas de la Acción Católica. La Asociación creció en número de miembros -la dejó con 752 inscritos según el censo de 1953, la cifra más alta de toda su historia-. Durante estos años, fueron muchos los propagandistas que ocuparon posiciones de máxima relevancia política, cultural e institucional convirtiendo a algunos de sus hombres en la principal referencia del régimen en Europa, de cara a su reconocimiento internacional.
Bajo su Presidencia se creó la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC ), la Editorial Católica se convirtió en un referente del pensamiento católico, y el CEU se consolidó como institución educativa en el campo universitario. Fue además, el principal responsable de la creación del Colegio Mayor Universitario San Pablo, oficialmente inaugurado en marzo de 1951. En estos años además, los propagandistas contribuyeron a la relevancia de las Conversaciones Católicas Internacionales de San Sebastián (desde 1947) como núcleo de comprensión entre los católicos, a consolidar “Pax Romana”, se fundó el semanario Criterio (1947-1950), las Conversaciones Católicas Internacionales de Gredos (desde 1951) y se crearon instituciones benéficas como Cáritas, además de apoyar muchas otras actividades apostólicas destinadas al terreno de la reforma social.
Sin embargo, los problemas internos que se vivían, la oposición del sector liderado por Gil Robles, la excesiva “politización” de algunos de sus miembros y la utilización que algunos propagandistas hacían de la Asociación para su promoción personal, llevaron a Fernando Martín-Sánchez a decidir no volver a presentarse a la reelección. Así, en 1953 dejaba la Presidencia de la ACNdP que pasó a ser ocupada por Francisco Guijarro. En adelante, Fernando Martín-Sánchez continuó como Consejero aunque apartado de las tareas de dirección. Dejó también la Presidencia del CEU y del CMU San Pablo pero se mantuvo al frente de la Junta de Gobierno de La Editorial Católica, cargo que desempeñó desde 1937 hasta 1957. El trabajo en la Asociación lo compaginó con los cargos de Procurador a Cortes, Consejero Nacional de Educación y Consejero Nacional de Economía además de Vocal de la Junta Técnica Nacional de la Acción Católica. En junio de 1966 sufrió una embolia cerebral que fue deteriorando su salud.
Murió en 1970 cuando se encontraba presidiendo el Curso de Periodismo de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de la que era fundador. Recibió sepultura en el panteón familiar del cementerio de San Justo. A lo largo de su vida mereció las siguientes condecoraciones: gran Cruz de Carlos III, gran Cruz de Isabel la Católica, gran Cruz de San Silvestre, Cruz del mérito agrícola, Cruz de Alfonso X “El Sabio”, gran Cruz del Yugo y las Flechas, medalla de Oro del Trabajo y medalla de Oro al Mérito Penitenciario.
OBRAS.-: La Reforma Agraria Italiana y la futura reforma española, Madrid, Voluntad, 1931; La Nueva España Agraria, Bilbao, Editora Nacional, 1943; Nuevas formas de propiedad de los periódicos, Santander, UMP, 1951; Cuatro ideas fundamentales sobre la economía agraria, Madrid, Instituto Nacional Agronómico, 1955; La Prensa en el Estado Moderno, Madrid, Euramérica, 1960; Ideas Claras. Reflexiones de un español actual, Madrid, BAC, 2002.
BIBL. Archivo Fernando Martín-Sánchez Juliá. Universidad de Alicante. Caja 1; Boletín de la ACNdeP (julio-agosto 1970), p.3; Ideas Claras. Reflexiones de un español actual. Madrid, BAC, 2002 (ed., semblanza de José María Sánchez-Ventura y Pascual, p.XXIX).
Cristina BARREIRO