IBAÑEZ MARTIN, José: Valbona (Teruel), 18.XII.1898 – Madrid, 21.XII.1969.
Ministro de Educación Nacional (1939-1951). Propagandista del Centro de Madrid.
Licenciado en Filosofía y Letras (Sección de Historia) con Premio
Extraordinario por la Universidad de Valencia en 1918, concluyó dos a
ños después la
carrera de Derecho, también con Premio Extraordinario. Vinculado desde sus años de
estudiante al catolicismo social de la provincia, en el año 1922 ganó la Cátedra de
Geografía e Historia del Instituto de Enseña nza Media, San Isidro de Madrid. Durante
los años de la Monarquía de Alfonso XIII pe rteneció al Partido Social Popular y con el
inicio de la Dictadura de Primo de Rivera, fue elegido Jefe de la Unión Patriótica de
Murcia, ciudad en la que había ganado destino y donde comenzó a despuntar su dilatada
carrera política primero como Teniente de Alcalde del Ayuntamiento, más adelante
como Presidente de la Diputación Provincial Murciana y después, como miembro de la
Asamblea Nacional durante el peri odo 1927-1930. Colaborador con importante
ascendencia sobre la revista Acción Española, en 1930 se afilió a la Unión Monárquica
Nacional, y sólo unos meses después se c onvirtió en uno de los integrantes de la
asamblea constitutiva de la plataforma política Acción Nacional que lideró el también
propagandista José María Gil Robles. Por su vinculación política en el fracasado golpe
de Sanjurjo, fue detenido en agosto de 1932 y tras su puesta en libertad, se presentó
candidato electoral de la CEDA por Murcia de cara a las elecciones de noviembre de
1933. Elegido Diputado, se mantuvo durante la siguiente legislatura muy próximo a las
tendencias de la derecha monárquica radical. En julio de 1936 estaba en Madrid, ciudad en la que pasó los diez primeros
meses de la Guerra Civil refugiado en la Em bajada de Chile en compañía de su amigo y
futuro colaborador, José María Albareda. Ya integrado en el Gobierno de Burgos,
participó en un viaje oficial a Hispanoá merica destinado a promover las bondades del
nuevo régimen fuera de las fronteras eur opeas y en el que estuvo acompañado por
Fernando Valls Taberner –antiguo diputado de la Lliga Regionalista po
r Barcelona en la
elecciones de febrero de 1936- y el intelect ual gallego Eugenio Montes. En agosto de
1939 –y después del cese del monárquico Pedro Sáinz Rodríguez- fue nombrado
Ministro de Educación Nacional, cargo que ocupó hasta su cese en julio de 1951. Bajo
su batuta, este Ministerio se convirtió en la esfera de influencia más importante para los
hombres de la ACNdeP en su papel como partífices en la nueva estructuración del
Estado franquista. De las seis Direcciones Gene rales en las que se dividía el Ministerio,
dos de ellas estuvieron ocupadas por personalidades de la Asociación
–Luis Ortiz
Muñoz, en Enseñanza Media y Juan de C ontreras y López de Ayala, marqués de
Lozoya, en la Dirección General de Bellas Artes- además de otros influyentes miembros
de la ACNdeP que como José Pemartín o Pedro Rocamora accedieron a puestos
directivos en este Ministerio. Ideológicamente se caracterizó en estos años por su lealtad personal a Franco
: –
“he de deciros y proclamar ante vosotros que no hago más que servir las consignas de
Franco, que se preocupa primero de que haya un sentido de justicia social grande pero
que también ese sentido esté iluminado por una cultura y un sentido de la espiritualidad
que llegue a Dios”, dijo en la Asamblea General de la ACNdeP que se celebró en
Loyola en 1944-. Durante el Ministerio de Ibáñez Martín, por Ley de 24 de noviembre
de 1939, se creó el Consejo Superior de I nvestigaciones Científicas (CSIC), organismo
del que fue Presidente hasta 1943 y hasta 1969 como Presidente Honorario, e institución
en la que fue determinante la influencia so cial de los hombres de la Asociación. Durante el acto inaugural del CSIS pronunció el discurso titulado “Hacia una nueva ciencia
española”.Durante los primeros años 40, su ac tividad al frente del Ministerio no fue
siempre vista con buenos ojos entre sus compañeros propagandistas, algunos de los
cuales le tacharon de tolerar tendencias excesivamente estatistas en la línea del
nacionalsindicalismo imperante frente a los intereses de la educación religiosa. De su etapa como Ministro destacó el impulso que devolvió a los tradicionales
Colegios Mayores Universitarios, la promoci ón de becas para la ampliación de estudios
en el extranjero y sin duda, la aprobación de una legislación que contribuyó a vertebrar
la formación educativa de los españoles durante varias décadas: la controvertida Ley de
Ordenación Universitaria de 29 de julio de 1943 que suprimía la enseñanza libre,
contribuía a “cristianizar” la vida de la Univ ersidad y que -después de varias enmiendas
interpuestas por miembros de la Jerarquía Ec lesiástica- reconocía por parte del Estado el
derecho “a la Iglesia en materia universitaria sus derechos docentes, conforme a los
cánones y a lo que en su día se determine mediante acuerdo entre ambas partes” y la
Ley de 17 de julio de Educación Primaria de 1945. También bajo su mandato y por
Orden Ministerial de 11 de julio de 1945, se reconoció al CEU como Centro adscrito a
la Universidad de Madrid con lo que quedaba equiparado a los tres centro
s docentes de
ámbito privado que en aquellas fechas ex istían en España: Sacromonte de Granada,
María Cristina de El Escorial y Deusto. Ta mbién bajo el mandato de Ibáñez Martín y
por Orden Ministerial de 21 de julio de 1944 se aprobó el reglamento del CMU San
Pablo. En julio de 1951 dejó la cartera de Educación que pasó a manos del también
propagandista Joaquín Ruiz-Giménez. Tras su cese como Ministro se mantuvo como una personalidad relevante dentro
del Régimen. Fue Procurador en Cortes durante el periodo comprendido entre 1943-
1967 y en 1951 Franco le designó Presidente del Consejo de Estado, cargo que ocupó
hasta 1958. En este año fue nombrado Em bajador de España en Lisboa donde
permaneció hasta que en 1969 pidió su cese por motivos de salud. Regresó a Madrid y
murió pocos meses después. Recibió sepultura en el panteón familiar del cementerio de
la Almudena en Madrid. En 1967 había ingres ado en la Real Academia de Ciencias
Morales y Políticas, con el discurso “Suárez y el sentido crist
iano del poder político”.
Fue además Miembro Numerario de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
y de la Real de Bellas Artes. Doctor H onoris Causa de las Universidad Católica de
Santiago de Chile (1938), la Universidad de Sevilla (1956), la Universidad de Oviedo
(1960) y la Pontificia de Salamanca (1966). A lo lago de su vida mereció las siguiente
condecoraciones: Gran Collar de Alfonso X “E l Sabio” y Grandes Cruces de Carlos III,
Isabel la Católica, Alfonso XII, Orden de Cisneros, San Raimundo de Peñafort además
de las extranjeras de San Gregorio (Vatica no), Libertador (Argentina) y Sol de Perú.
Casado con María de los Ángeles Mellado y Pérez de Meca, condes
a de Marín.
OBRAS.-:
Edición Nacional de las Obras Completas de Menéndez Pelayo (prol.), Madrid, CSIC, 1940;
Los Reyes Católicos y la unidad nacional , Madrid, Magisterio Español, 1951; Suárez y el sentido
cristiano del poder político, Madrid, Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, 1967.
BIBL.- José Antonio: José Ibáñez Martín en el centenario de su nacimiento. Zaragoza, CSIC, 1998;
Diccionario Biográfico Español Contemporáne o, Madrid, Círculo de Amigos de la Historia, 1970, vol 2
p.847; VEGAS LATAPIÉ, Eugenio: Los caminos del desengaño. Memorias políticas 2, 1936-1938,
Madrid, Tebas, 1981, pp.357-359; CARRERAS ARES, J.J. y RUIZ CARNICER, M.A. (eds.): La
Universidad española bajo el régimen de Franco (1939-1975), Zaragoza, Institución Fernando el
Católico, 1991; La Vanguardia (31 enero 1962); Archivo ACdP.